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Un hombre fue detenido por tener encerrados a 7 ciudadanos venezolanos, a quienes pagaba para que tuvieran sexo y dejaran transmitir sus encuentros sexuales por Internet. A cambio de cada transmisión, el hombre recibía dinero y podía continuar con su negocio.

Su detención se dio cuando la policía ingresó a su vivienda ubicada en Barranquilla, Colombia y encontró a los venezolanos retenidos. En el espacio también habían computadoras, cubículos y diferentes elementos que le servían para grabar las escenas de sexo.

La policía de Colombia informó que durante el operativo se capturó a José Luis Aduén Uribe, quien era el encargado del negocio. Los agentes dijeron que lograron dar con el paradero del sujeto luego de que una de los inmigrantes que tenía detenido escapara y contara todo a las autoridades.

Según las víctimas, Aduén Uribe simulaba ser integrante de una comunidad religiosa pero tras conocerlos los contrató para que tuvieran relaciones sexuales entre ellos y les dijo que por día les pagaría la suma de 70 000 pesos (aproximadamente 23 dólares). El detenido era un supuesto sacerdote que perteneció a la comunidad Anglicana San Francisco de Asís.

Los venezolanos dijeron que el capturado, además de no cumplir con el pago, los mantenía cautivos y bajo la amenaza de que iban a ser denunciados ante las autoridades migratorias por estar involucrados en la prostitución y no estar como legales en Colombia. Los extranjeros agregaron que además de los abusos, ellos debían pagarle por por la alimentación que les daba y la vivienda donde estaban alojados.

Las autoridades creen que detrás de esta mafia hay por lo menos cuatro personas más involucradas, y que los videos les generarían ganancias mensuales de hasta 50 millones de pesos además se cree que la casa era compartida por 20 personas.