
Por: Iván Arias
LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS COLABORADORES SON PROPIAS Y NO LA OPINIÓN DE KANDIRE
El 3 de agosto del 2014, a la cabeza del periódico El Deber y realizada por equipos Mori, se daba a conocer, al igual que se hizo este 21 de julio 2019, la primera encuesta nacional, que respondía a la pregunta, si este domingo fueran las elecciones, por cuál de estos candidatos votaría usted? El 2014 estos eran los guarismos: Evo,52% - Samuel, 15% - Tuto, 4% - NS/NR y Blancos/Nulos:20%. En aquella oportunidad, los principales contrincantes de Evo partían de muy abajo. Es decir, sumando la intención de voto de Samuel y Tuto apenas se llegaba a un 19%, muy lejos del histórico 30-35% que siempre tuvo la oposición desde que entro Evo Morales el 2006. El 2014, sí se podía afirmar que Evo ganaba en primera ronda sin dudar. Y es que, en aquel año, la bonanza había llegado a su cúspide, la sombra de una crisis económica ni aparecía y a Evo no le había llegado el lastre de la corrupción. Era un gobierno fuerte y eso se tradujo en la contundente victoria con 61% y una oposición que, con mucho esfuerzo logró escalar a 33 % (24% Samuel y 9% Tuto)
La encuesta de este 21 de julio del 2019 arroja estos guarismos: Evo, 37% - Carlos 26% - Oscar 9% - NS/NR y Blancos/ Nulos: 21%. A diferencia del 2014 la oposición no parte de abajo, sino que, sumando la intención de voto de Carlos y Oscar, ya tiene consolidado su histórico 35%. Es decir, la oposición está en su piso y lo que les queda es salir a conquistar ese 21% de indecisos. En cambio Evo esta con 37%y, a no dudarlo, es un candidato en bajada, podrido en la corrupción, el narcotráfico y el autoritarismo sin límites. El Evo del 2019 no es el del 2014: la sombra de la crisis económica son ya visibles, el despilfarro y el mal manejo de la economía no es un cuento. Con esto datos, no es cierto que Evo gana en primera vuelta. Evo está en su techo con varias regiones y movimientos sociales que ya no controla. Solo si la oposición comete sendos errores, puede ocurrir que Evo suba y gane. En este contexto, en estos 80 días que quedan, qué debe hacer la oposición para aprovechar esta ventana de oportunidad? Aquí, siete acciones necesarias para que uno de los opositores descollé y deje a los demás lejos y se convierta en la opción de victoria ante Evo.
Primero, evaluar los perfiles de sus estrategias electorales hasta ahora implementadas y asumir ajustes urgentes en el enfoque y la puesta en escena. Los días que quedan son de vida o muerte y no se puede ser mezquino ni obtuso. Segundo, quitarse del rostro de derrotismo que no pueden ocultar las palabras ni las sonrisas forzadas. Tienen un mundo por conquistar y está en sus manos hacerlo. Al frente tienen un rival que solo usara la fuerza bruta y el despilfarro. Tercero, dejar de atacarse entre ellos. Su rival se nutre y crece cuando la oposición se traba en descalificaciones propias. El demonio a vencer es el autoritarismo y no a las fuerzas democráticas. Cuarto, los candidatos a la presidencia y vicepresidencia tienen que salir de su zona de confort y “tragar tierra”. No es solo con enlatados en medios de comunicación y en redes que se genera empatía con la gente. Es compartiendo, oyendo, sintiendo y hablando su lenguaje.
Quinto, los candidatos a senadores y diputados tienen que territorializarse y dejar de ser consultores para sacar su arista política. Estos candidatos son los vasos comunicantes entre el líder y el programa. No se gana elecciones sin controlar territorios y sectores. Aquí los aparatos partidarios son fundamentales y serán puestos a prueba. La despolitización y despartidización puede cobrar tristes facturas a sus pregoneros. Por ello, basta de echar basura a la política, a los políticos y los partidos. Es con estos actores que se debe poner ajayu a la campaña: vida, energía, esperanza. Uno da lo que tiene, No puedes dar esperanza si tú estás lleno de desconfianza. No puedes dar amor, si estas lleno de odio. Y no puedes dar alegría si estas triste. La clave de los candidatos es llenarse de vida, ideas y sueños. Por ello la formación y capacitación es clave. No pueden salir al terreno sin preparación para todas las alegrías y vicisitudes.
Sexto, es sabido que el 95% de la gente no vota por programas sino por percepciones y emociones. Pero eso no quiere decir que los programas no sirvan. Al contario son re-útiles para formar y alinear a los candidatos y militantes que, y aquí el desafío, junto a los estrategas son los encargados de traducir esas cuestiones profundas y bien hilvanas teóricamente, en propuestas sencillas e impactantes que le hablen y lleguen a la gente. Las abstracciones se quedan en los cursos y en los libros. El pueblo quiere concreciones: qué, cómo y cuándo?
Séptimo, el uso inteligente de los medios de comunicación y las redes es ya un legado de la resistencia que se hizo con el 21F. La combinación entre medios masivos y las redes fue la clave de la concientización y convocatoria que tuvieron las movilizaciones ciudadanas entre el 2016 y el 2018. Una publicación en redes tiene que tener su eco en el lenguaje de los medios masivos y una publicación en éstos tiene que ser traducida al lenguaje de las redes.
En conclusión, si nada de esto ocurre y en vez de ajayu le ponen a la campaña lejanía, academicismo, indiferencia e insensibilidad a llorar al rio, porque Evo puede volver a ganar por los deméritos de la oposición que no supo aprovechar su ventana de oportunidad y abrir las puertas al autoritarismo castro-chavista que destruye a Nicaragua, Venezuela y Cuba
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