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El Valluno era conocido por sus grandes habilidades con el volante y sus recurrentes viajes a larga distancia; las malas lenguas decían que sus dos mayores adicciones eran: las mujeres sin importar su color, siempre que sean traviesas y picosas como la ulupica; pero ningún vicio podría superar a la poderosa hojita sagrada, y como él solía decir; “con la machucadita, a donde sea jefe”. Para ser trailero, era indispensable una dosis de coraje y una pisca de sinvergüenzura, cualidades que sin lugar a dudas, le sobraban Al Valluno - Alias el Wist'u .

Por otra parte "El Choco" que, por aquellas travesuras de la vida, había recibido por herencia de su madrina aquel Volvo Modelo 90, convertido en chofer por accidente, se resistía a renunciar a su naturaleza de bohemio y trovador, cuyas cualidades artísticas le habían beneficiado con incontables travesuras a lo largo y ancho de las provincias cruceñas, y aunque el presumía que sus impactos habían alcanzado niveles nacionales e incluso internacionales.

El Vallluno y el Choco eran los ñañas más infames y cómplices desde la infancia; compañeros de futbol, comparseros, cuates de farra, habían compartido miles de fracasos y éxitos de vida, inseparables como ninguno, incluso fundaron su propio Sindicato de Transporte Pesado llamado “Los Toborochis” especializado en transporte de carga internacional. Todo marchaba viento en popa, hasta que cupido o “las nalgas de Mercedes”, como dirían los amigos... enloqueció sus sentidos”. Pero quien no quedaría abrumado por aquella morena de 1.70 de estatura, crespita, de naricita respingada, y por si no fuera suficiente una macha para el bolo…

Imagínense ustedes… ¿un cazador cayendo preso de sus propias trampas?; pero quién no.… si ella cogía como ninguna.

Todos coincidían que todo era culpa del Choco, por invitar a la recién llegada aquel viernes de K'owa en la Federación.

Y aunque todo el mundo sabía, que ella jugaba con ambos, ninguno quería renunciar a sus placeres; sus locuras llegaban a niveles completamente vergonzosos, quien sabe si era la ingenuidad de ellos o los atributos de Mercedes, pero una cosa estaba clara; estaban totalmente idiotizados.

Ningún método había funcionado para frenar sus caprichos; la locura por Mercedes no sólo estaba destruyendo la amistad entre ellos, intoxicaba la vida sus amigos y compañeros de transporte, ponía en peligro la subsistencia misma de su sindicato.

Por decisión de sus amigos y dirigentes recurrieron al Chamán del Barrio para que les leyera la Coca; con la esperanza de que esto pusiera un alto, el día hora y hora señalados, el Gran Chamán frente a la mirada atónita de todos los presentes, sentenció lo inevitable: "Ella no sólo jodia con ellos, sino con todo lo que se moviera" ; pero El Valluno y El Choco no querían ver, escuchar ni creer...

"Dicen que una vez que la locura gobierna el corazón de los hombres, la estupidez es su firme compañera".

Decididos y enfadados con todo el mundo se fueron a la Casa de Mercedes; al llegar a su vereda se vislumbraba un camión Mack de color    plateado, mientras más se acercaban, más evidente era que algo raro pasaba en el interior, se escuchaba suaves ruidos y gemidos recurrentes; No lo podían creer, era inadmisible, ¡¡No podía ser ella!! Aún tenían la esperanza de que fuera cualquier otra persona.

El impulso, la curiosidad y la ira hicieron su trabajo, no pudieron evitar golpear insistentemente la puerta del Camión incluso al borde la obsesión...con la ayuda de una poderosa linterna Led de 1000 Lumenes, revelaron de forma transparente los ojos y pechos descubiertos... de la inconfundible Morena.

Difícil saber si lo que más rabia les da es que ambos hayan sido utilizados, o quizá que el verdugo fuera de otro sindicato...Pero sin lugar a dudas, hay algo que quedaría grabado en la mente de los chóferes y las leyendas urbanas de aquel sindicato... "la coca lo sabe todo"

Algunos rumores señalan ... que el Choco y El Valluno aprendieron la lección, y que volante en mano y un poderoso bolito de hoja machucada, siguen haciendo de las suyas en   las carreteras del País.

Mientras tanto, por aquella Doble Vía a Cotoca reportan las malas lenguas que una tal Mercedes sigue preguntando con dulzura a todos los pilotos de larga distancia: ...Caserito, ¿Quiere Normal o Machucadita?