Por: Camilo Katari *
LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS COLABORADORES SON PROPIAS Y NO LA OPINIÓN DE KANDIRE
La incursión de las Fuerzas Armadas a la Asamblea Legislativa Plurinacional la semana pasada, nos ha dado ya una primera señal en sentido que la Constitución y las Leyes se estarían subordinando a los intereses de grupos de poder o de particulares y eso atenta a la democracia.
La incapacidad de gestión del gobierno se ha convertido también en un peligro para preservar la credibilidad del Estado y sus instituciones, la incertidumbre de la población se ha duplicado, ya no se trata solamente que la lucha sea contra el coronavirus sino también de un latente rumor de golpe de Estado que estaría en puertas.
A todo ello, lo más preocupante es el silencio cómplice del TSE que no da señales de responder al llamado que ya le hiciera la Asamblea Legislativa Plurinacional, ALP, cuando presentó la convocatoria para que el órgano Electoral defina el calendario de las elecciones para los próximos meses.
Es muy curioso que mientras el gobierno se enreda en problemas de corrupción evidentes, las FFAA arremetan a la ALP, ahora el TSE hace un silencio muy extraño y deja en grandes dudas esa convocatoria como dando a entender que van de la mano con las instrucciones del gobierno para suspender las elecciones.
Los escándalos suman y suman a la cúpula de Añez que el propio Ministro Murillo, después de un silencio prolongado, toma la palabra para amenazar a la ALP si no aprueban el pedido de los militares, y que “se los llevaría a la cárcel”, muestra que su poderío va más allá de la representación del poder más legítimo y legal como es la Asamblea para todos los bolivianos.
Mientras tanto frente a un panorama cada vez más oscuro que nos pinta un gobierno con graves irregularidades y fracasos, las señales de cara a las decisiones que tomaría el Tribunal Supremo Electoral, no son nada alentadoras porque ya va más de un mes que no dice ‘esta boca es mía’, con relación al señalamiento de fechas para las elecciones nacionales.
Pese a que la vigencia de la ley de postergación de las elecciones generales está en análisis en el Tribunal Constitucional Plurinacional, el Tribunal Supremo Electoral debe acatar la norma y comenzar las gestiones para reactivar el calendario electoral y definir la fecha de la votación.
Habrá que recordar que el presidente del TSE, Salvador Romero, hace un mes ha dicho que la “ley establece que las elecciones deben ser en 90 días a partir del 3 mayo. A pesar de la diferencia del TSE en su proyecto de ley, vamos a cumplir con la ley que es un elemento básico con el estado de derecho”. Ha explicado que la definición de las fechas de la reactivación del cronograma y del voto van a ser definidas por la Sala Plena, pero en coordinación con los tribunales regionales.
Bolivia se mantiene en una gran expectativa por ese aspecto (elecciones) ya que tiene la misma vitalidad que la lucha contra la pandemia, porque definirá la garantía plena para que el pueblo ejerza sus derechos y reclame a un gobierno legítimamente respaldado por el voto del pueblo.
Nuestro país no puede vivir en una gran incertidumbre de un gobierno que con sus acciones no demuestra legalidad y legitimidad, porque permite las arbitrariedades más abyectas en el uso del poder estatal. Por ello, debe ser la Asamblea Legislativa que presione al TSE para que emita ese calendario y garantice un mínimo de derechos, que devuelva la fe en la democracia.
El eco que no se silencia es la mayor suma de autoconvocados que con petardazos, cacerolazos y protestas callejeras exige que, la única salida es la convocatoria a elecciones, lo más antes posible, porque es la garantía de nuestra democracia que como vemos cada día, está en peligro.
*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino
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