
Por: Héctor Alan Cano Olivares
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La guerra en Siria comenzó a dar un giro después de la intervención de Vladimir Putin que apoyó con sus avanzadas fuerzas aéreas y con el apoyo de su inteligencia al gobierno sirio. Ahora a dos años de su intervención los papeles se están invirtiendo a favor de presidente Al Assad que pidió la intervención rusa.
Occidente no hizo esperar al mundo con sus declaraciones después de que Rusia lanzó los primeros bombardeos con misiles. Obama declaró que esos ataques estaban mal dirigidos y que mataban civiles en vez de llegar a los objetivos.
Antes de la intervención rusa, la Coalición Internacional llevaba 18 meses atacando las posiciones del Estado Islámico y también a diversos grupos terroristas que han llegado a Siria desde Irak y Libia sin que hubiera un retroceso importante del los grupos islamistas.
Después del apoyo ruso al gobierno de Assad otros países como Irán y el Líbano sumaron su fuerza para combatir a los grupos de radicales islamistas. Los medios occidentales han declarado que es una guerra en la que la inteligencia Siria y rusa ha causado la muerte de civiles sirios.
La guerra en Siria ha causado también la ola de refugiados que aqueja a Europa y que se ha vuelto incontrolable desde que Libia, otro país que fue intervenido por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cayó en la anarquía y al igual que Siria cientos de miles de refugiados intentaron cruzar el mar Mediterráneo y varios de ellos murieron ahogados.
Siria ha sido un aliado del país eslavo desde los tiempos de la Guerra Fría y a esto hay que sumar la declaración de Vladimir Putin en la que quería evitar otro Estado fallido como Libia en Siria.
Aunque es importante recordar que Siria ha formado desde se habla de él, parte del llamado Eje del Mal al igual que otros países como Corea del Norte que todavía no sufre el destino de algunos miembros del Eje, como Irak, Libia, Afganistán, que es la destrucción total.
Los países no alineados a Occidente terminan siendo desestabilizados y después intervenidos militarmente para por el brazo político de Estados Unidos, la OTAN, para evitar la “masacre” de civiles. Al final esos países a los que se pretende llevar la “democracia” y la “libertad” acaban peor de lo que estaban antes de su “liberación”. El ejemplo mas reciente es Libia.
Los Estados fallidos han sido caldos de cultivos para que el radicalismo aflore en los territorios en los que no hay autoridad. Irak fue un Estado fallido y después de que se acabara con el Estado que es una institución apareció Al-Qaeda.
El gobierno sirio ha denunciado en varias ocasiones que la Coalición Internacional intervino sin su permiso al país árabe y que los bombardeos no estaban siendo eficientes para detener el avance del Estado Islámico.
Basshar Al Assad pertenece a la rama de Islam de los chiítas y desde que inició la guerra ha denunciado que los países como Arabia Saudita, Turquía, Israel y Qatar han estado apoyando la insurrección.
La aviación rusa ha denunciado que los pozos petroleros que están bajo los terroristas están siendo explotados para que países vecinos como Turquía compren los barriles a los radicales a precios más bajos.
Rusia y Siria denunciaron que la misma OTAN y su miembro Turquía estaban entregando armas de la Alianza Atlántica a los terroristas. Después de los avances de ejército sirio se han hallado arsenales que contienen armas de la OTAN, Israel y de países de Oriente Medio en la ciudad de Mayadin recientemente liberada.
Sin duda el apoyo de Irán y Hezbolá ha sido importante para lograr la estabilidad que acabó la Primavera Árabe en 2011 en los países de África del Norte y que después pasó a Siria. Las sociedad occidentales pensaran que lo que sucede en el país árabe es porque el pueblo pide la democracia y el presidente se ha convertido en un dictador, un brutal dictador.
Si de democracia se tratara lo que sucede en Siria, los países que “liberaron” Libia ya habrían intervenido Arabia Saudita y algunos países de África que tienen en el poder a dictadores que llevan décadas en el poder. En Siria el gobierno luchs contra grupos que desestabilizan a un país que nones alineado de Occidente.
Lo mismo que le hicieron a Muammar el Gaddafi buscan hacer a Basshar Al Asad, apoderarse de sus mantos acuíferos y de su petróleo. Mientras Gaddafi sirvió a Occidente no importó que llevara décadas en el poder y ahora buscan hacer lo mismo con Asad que está al lado de Irán, otro país estratégico para Estados Unidos en sus intentos de aislar a Rusia y China.
Dejar en llamas a Oriente Medio es el objetivo de Estados Unidos.
Las acciones y la devastación en ese país ha demostrado lo necesario que hace el poseer armas nucleares para disuadir la intervención de países miembros de la OTAN.
La situación en Siria cambió desde aquel mes de octubre de 2015. Las fuerzas del gobierno pudieron arrebatar el territorio a los grupos terroristas hasta liberar más del 90% que era parte del califato del Estado Islámico.
No hay un resultado definitivo en la guerra de Siria pero se ha evitado la creación de otro Estado fallido que iba a producir más desorden mundial.
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