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El fin de semana, una joven pareja de enamorados de la ciudad de Sucre se vio envuelta en un hecho de violencia familiar, que dejó a la víctima con 12 días de impedimento físico.

La relación de hechos precisa que el joven de 19 años fue  hasta la casa de su enamorada (30) y allí la golpeó “brutalmente”. En el inmueble no había nadie que pudiera defender a la víctima del iracundo agresor, quien se encontraba en estado de ebriedad.

La víctima denunció el hecho inmediatamente y la Policía se encargó de la captura del agresor. La Fiscalía lo llevó ante un juez cautelar y lo imputó por violencia familiar con la intención de enviarlo a la cárcel.

Todo apuntaba a que ello ocurriría, pero la víctima “se resistió a continuar el proceso”, explicó Mendizábal al señalar que para sustentar su decisión presentó un acuerdo transaccional con el que afirmaba que el “hecho no existió” y que por eso “solicitaba la extinción del proceso por conciliación”. Su justificación: no quería perjudicarlo. Buscaba que saliera “limpio” de toda responsabilidad.

La víctima aseguró que no ocurrió el hecho, sin embargo “la petición no prosperó. No se dio curso al documento porque no puede venir a decir que el hecho no existió cuando la víctima estaba con lesiones en su cara”, afirmó la Jueza.

El caso no pudo seguir adelante y la autoridad jurisdiccional tuvo que determinar la suspensión condicional del proceso decretando que el imputado se someta a un tratamiento psicológico y que no vuelva a agredir a la víctima. La conducta de la joven también fue motivo de observación y por eso tendrá que someterse a tratamiento psicológico, bajo la advertencia de que el episodio de violencia podría repetirse en cualquier momento.

Aparentemente la pareja decidió romper la relación, pero la mujer optó por defender a su pareja atribuyendo al largo periodo de enamoramiento, que nunca antes fue golpeada y que esta primera vez ocurrió porque el joven estaba borracho.///