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El ministro de la presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana, sostiene la teoría de que la hazaña de Playa Girón rebotará como bumerán si Estados Unidos desata una intervención militar en América Latina.

Tras una conferencia magistral a propósito del acto de solidaridad denominado Venezuela bajo fuego, Quintana ofreció declaraciones a Prensa Latina y expresó que la actual situación en la nación suramericana nos induce a reflexionar acerca de la actitud indignante del imperialismo.

‘No podemos, como decía el Che, cederle ni un tantito así al imperio, porque ese tantito que le cedamos, servirá de pretexto para aplastarnos, humillarnos y destruirnos’, sentenció el ministro.

Sobre la tan llevada y traída ayuda humanitaria, Quintana apuntó que de intervenir militarmente Estados Unidos y sus aliados en ese país, existen altas probabilidades de convertirse la contienda en un nuevo Girón, como ocurrió en 1961 en esa playa cubana.

De suceder es seguro que Girón se multiplique por cien, porque los pueblos de América Latina asimilamos la libertad e independencia, y aprendimos además a ejercer nuestra dignidad y soberanía, aclaró.

Por lo tanto, esa aventura absurda significará para la derecha, aupada por el gobierno de Donald Trump, lo que no le ha costado en Siria o en Libia; habrá en la región, como también decía el comandante Guevara, muchos Vietnam, y los norteamericanos van a saborear el polvo de la derrota enfrentados a nuestros pueblos, agregó.

Cederle un espacio a la derecha significa cederle al imperio, remarcó; estas fuerzas políticas conservadoras derechistas se mantiene de pie gracias a una vergonzosa dependencia de Washington, condenó el funcionario.

Los adeptos -diríase igualmente adictos- a la gran potencia ‘no tienen ni ideas, ni programas, ni horizontes, y son como animalitos extraviados en el monte que necesitan la voz del amo’, definió.

Quintana disfrazó de títeres a esos actores políticos de la derecha y citó al autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, quien ahora parece suspenderse como un péndulo en tres condiciones.

El diputado de 35 años de edad solo atina a dejarse guiar por la capital del norte, colocándose en una posición desfavorable; ante semejante disyuntiva muchos preguntarán si Guaidó está guiado, desorientado o aburrido.

Tenemos que reflexionar en las características de nuestras castas políticas criollas, precisó el ministro boliviano de la presidencia.

Cavilar además, en estos dirigentes que encarnan a Guaidó y con menos de 100 mil votos pretenden ser presidentes de una república tutelada por Estados Unidos, añadió.

Qué clase de gobernante puede ser sin el apoyo popular y acepta entonces de manera indecorosa órdenes para mover ese aparato conspirativo contra un proyecto de nación, o pretende dirigir un enfrentamiento fratricida entre sus propios hermanos, analizó el ejecutivo.

Esos sujetos políticos no nos pueden detener, porque hemos acumulado, por la memoria de nuestros antepasados, inteligencia colectiva y fuerza ideológica, concluyó Quintana.///