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"La primera vez, mi padre me dio un revolver y le disparé en la cabeza al cortejo de una chica"

hace 6 año(s)

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Juan (nombre ficticio), un adolescente de 16 años que fue obligado por su padre a ser parte de la banda criminal del ‘auto blanco’, contó en los estrados judiciales la realidad que escondió ante los policías y los fiscales sobre su vida, su entorno familiar y su progenitor, el hombre que lo ‘arrastró’ al mundo delictivo como solución al pedido de dinero que le hizo el muchacho para poder comer .

La semana pasada Juan se entregó a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y reconoció su participación en uno de los tres asaltos, que terminaron con el saldo de dos personas heridas de bala. Aquella vez les dijo a los agentes policiales que, junto a su papá y su tío, además de otros amigos, ejecutaron robos agravados a diferentes personas y fue enviado ante un juez de la Niñez y Adolescencia. Allí la Fiscalía lo imputó por los delitos de robo agravado y asociación delictuosa, y ante la jueza Marisol Ortiz contó parte de su historia.

En la audiencia, donde acudieron su madre, una mujer de unos 35 años, y su abuela, entre lágrimas el menor contó que vive en la extrema pobreza, en una precaria casa en la Villa Primero de Mayo y que había dejado de estudiar por falta de recursos. Contó que cuando era niño sus padres se separaron, que su abuela se convirtió en la persona que lo crió y que para el sustento vendía verduras en el mercado.

“Mi madre parece que fue contagiada por mi padre y tiene VIH/Sida y no hay dinero para seguir viviendo”, relataba ante la juzgadora, mientras su abuela y su mamá lloraban en la sala de audiencias, a la que asistieron para ver al adolescente. Las dos mujeres solo lloraban, no decían nada, solamente lloraban al lado de un abogado de Defensa Pública que fue convocado por la juzgadora para que defienda a Juan, ante la carencia de recursos de su familia.



Asalto y disparo 
Durante su testimonio ante la jueza del menor, el adolescente reveló la primera vez que atracó y cómo se vio envuelto en la organización criminal que su padre, exrecluso de Palmasola, lideraba. “Cuando yo caminaba por una calle de la Villa Primero de Mayo, vi a mi padre en su vagoneta y me acerqué a hablarle. Estaba con mi tío.

Lo saludé después de mucho tiempo y le pedí plata, porque no tenía para nada y estaba con hambre. Él me dijo que no tenía dinero y me subió a la parte de atrás de su auto.

Comenzamos a dar vueltas por la ciudad y nos paramos cerca del supermercado IC Norte, de la avenida Busch y cuarto anillo. Mi papá sacó un revólver que tenía escondido entre sus partes genitales y me dijo cómo iba a utilizarlo”, recordó el muchacho, que minutos después del aprendizaje fue puesto a prueba por su progenitor obligándolo a asaltar a una pareja.

“La chica al verme con el arma se asustó y se estaba escapando, pero su cortejo trató de defenderla y le disparé en la cabeza”, contó el adolescente, que también admitió haber abaleado a otro muchacho en la seguidilla de asaltos, que provocó la detención de la banda del ‘auto blanco’. Al final de la audiencia la jueza ordenó su internación en Cenvicruz, pese al llanto de su madre, cuya salud está muy deteriorada, y de su abuela que fue la encargada de cuidarlo, hasta que su padre lo llevó a la delincuencia para que no tenga hambre.///