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El juicio oral por el doble asesinato de las hermanas Caballero, ocurrido en julio de 2017, comenzó en medio de acusaciones por supuestas irregularidades cometidas por los fiscales del caso.

Según denunció Claudia Severich, abogada de Manuel Cardozo, esposo de una de las víctimas, se advirtió negligencia en el representante del Ministerio Público que no acompañó las evidencias del caso en la audiencia, pese a que fueron ofrecidas. Este “olvido” podría derivar en la absolución de los imputados, advirtió la profesional.

“Sin pruebas, podrían argumentar que no habría existido el hecho y que son inocentes. Están cuchillos, guantes de látex y poleras ensangrentadas, por ejemplo, que son elementos probatorios vitales para determinar su culpabilidad”.

La defensa anunció que hoy presentará una denuncia formal en Sucre por la negligencia del fiscal. La carta está dirigida a Juan Lanchipa, Fiscal General del Estado, al fiscal departamental de Cochabamba, Juan de la Cruz Vargas, y al representante departamental del Defensor del Pueblo, Nelson Cox.

“Con este omisión se beneficia a un sicario, a un psicópata que es considerado un peligro para la sociedad y que junto a la hija adoptiva de mi cliente, que eran amigos, cometieron el delito de parricidio y asesinato”.

Severich espera que la Fiscalía pueda enmendar su error y pedir la incorporación de las pruebas para lograr una condena de 30 años sin derecho a indulto. Asimismo pide el apoyo de otro fiscal “con más experiencia” en estos casos.

Hoy continuará el juicio oral, en su tercer día, desde las 9:30 horas.

El 27 de julio de 2017 las hermanas Carmen Caballero Ovando (59) y Patricia Caballero Ovando (43) fueron apuñaladas más de 30 veces y degolladas en su domicilio, en inmediaciones de la plazuela Cobija. Isabel, la hija adoptiva de Carmen y Manuel Cardozo, está acusada del doble crimen.

El móvil habría sido económico. Ella y su pareja, que es juzgado en grado de complicidad, habrían querido quedarse con todos los bienes de la familia. Para ello, contrataron a un sicario, que sería un amigo de la mujer.

En principio se quiso desviar la investigación hacia Mario Claudio T.R., pareja de Patricia, la otra hermana asesinada. Sus hijas adoptivas, dos niñas de 10 y 13 años, aseguraron que era el autor de los crímenes y fue enviado a la cárcel de El Abra. Poco después se descubrió que todo era mentira y que las niñas con la promesa de recibir regalos de Isabel contaron esa versión. En un abordaje psicológico se descubrió la verdad.///