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Es como un juego macabro: en medio del desastre que ya se ha devorado casi dos millones de hectáreas, mientras los bomberos, voluntarios y militares apagan el fuego en un lado, hay campesinos, empresarios y colonizadores que lo encienden por el otro.

“Es época de chaqueo, es normal”, responden unos. “Son las órdenes del ruso”, dicen otros obreros contratados.

Hay focos de fuego que han tenido que ser apagados dos veces por la misma cuadrilla, por la insistencia de los comunarios en la zona de Lomerío y en el norte de Concepción, en una hacienda privada, los bomberos amenazaron a unos maquinistas con quemarles un tractor si es que seguían quemando los cordones de desmonte.

Herland Soliz, secretario de Energía, Hidrocarburos y Minas de la Gobernación y, desde ayer, comandante de Incidencia de Concepción, convocará a una conferencia de prensa para hoy, a fin de denunciar a los chaqueadores y mostrar las pruebas de pirómanos, gente que ha ido a montes y a pastizales con combustible para prender fuego.

El lunes, aseguró, el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental presentará la denuncia ante la Fiscalía de Santa Cruz.

Agrega que se han dado cuenta que mientras el comando extingue un incendio, hay personas que se quedan a dormir y cuando vuelven se encuentran con el fuego en otras zonas.

“Este fuego es provocado por chaqueo y estamos en pausa ecológica, por lo que en teoría no se deberían dar. Hay también los que hacen con malas intenciones, porque es imposible que haya una línea de fuego, sino que alguien ha venido y ha prendido una hilera de fuego y eso no es chaqueo. Tenemos pruebas de eso, fotografías y videos y vamos a hacer la denuncia pública y ante la Fiscalía”, apuntó.