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Lo que fue denunciado como el robo a un domicilio y el presunto rapto de un hombre de la tercera edad por parte de sus familiares, terminó develando un crimen. Las investigaciones de los agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) permitieron descubrir que la víctima, Freddy Baldivieso Hoyos (76), fue envenenado, descuartizado y su cuerpo fue quemado por una pareja sentimental que tenía, con la complicidad y ayuda del padre de esa mujer.

El cadáver de Baldivieso fue encontrado por los investigadores en un lote baldío, de la zona del barrio Virgen de Luján. El director de la Felcc, Johnny Aguilera, señaló que la víctima había ido a visitar a su pareja en su casa. Allí, la mujer lo intoxicó hasta causarle la muerte.

Una vez Baldivieso estaba sin vida, Elizabeth P. L. S., con ayuda de su padre, Jorge P. L. S., cercenaron la cabeza y los brazos del occiso, para después quemarlo.

Sin embargo, las llamas no consumieron todo el cadáver y la mujer llevó los restos para tratar de deshacerse de ellos, tirándolos en una área con maleza.

En el barrio El Retoño

La cabeza fue hallada en casa de la mujer, en el barrio El Retoño, zona de la avenida Virgen de Luján, donde fue aprehendida junto con su progenitor. Además, la Policía colectó el machete y los guantes que utilizaron los asesinos, en el sitio donde trataron de incinerar al fallecido para intentar borrar cualquier rastro.

Según las pesquisas policiales, la mujer y su padre, luego de matar a Baldivieso, fueron a su propiedad en la zona de Las Maras, uno de los caminos alternativos a Cotoca, pasando por la Villa Primero de Mayo, y cargaron en una camioneta una heladera, un televisor, un equipo de sonido y otros enseres.

El subdirector de la Felcc, Óscar Gutiérrez, explicó que las indagaciones policiales revelaron que la mujer mantenía una relación sentimental con la víctima, por lo cual acudieron en su búsqueda, pero ella negó saber sobre el paradero de Baldivieso.

Sin embargo, gracias a un peritaje e investigación de los agentes del DACI, se logró dar con el lugar donde la mujer había arrojado algunas partes del fallecido.