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David S. Q., es el presunto autor de un hecho que conmovió a Vinto en 2018 cuando el cuerpo de la adolescente de 14 años María Isabel Peralta fue encontrado sin cabeza luego de 27 días de búsqueda.

La directora interina de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), Nidia Gutiérrez,  informó que el sospechoso  del crimen, de 25 años,  quien es miembro de una pandilla en Vinto, negó en 2018 conocer a la víctima, sin embargo, luego de una triangulación en su celular, se descubrió que realizó varias llamadas a María Isabel hasta antes de su desaparición.    “Si bien ha pasado un año, hemos determinado que el aprehendido es un sospechoso. No se resistió al arresto y creemos que pueden haber otros dos implicados”, precisó la oficial de la FELCV.

David S. Q., no quiso prestar declaraciones sobre el caso ante la Policía, pero según Gutiérrez, existen varias contradicciones en este caso.

El acusado tiene antecedentes por  violencia doméstica en contra de su concubina.

Aún se  investiga la relación entre el aprehendido y la víctima, así como las causas que lo llevaron a matar a la adolescente.

La FELCV tiene la sospecha de que podría tratarse de una venganza o un tema pasional.

El aprehendido aguarda la audiencia de medidas cautelares.

María Isabel Peralta desapareció el 25 de junio de 2018.  La madre de la víctima, sostuvo que el día de la desaparición su hija fue a  la tienda para comprar pan y nunca más regresó.

“Yo le pregunté qué compraría, pero no me quiso decir. Le di dinero y le pedí que compre papel higiénico, pero ya no volvió más, desapareció”, aseguró su progenitora el día del entierro. Dos compañeros de colegio dijeron que no era la primera vez que María Isabel desaparecía y relataron que tres meses antes de su muerte, había viajado a Ixiamas, La Paz, con un grupo de amigos que le ofrecieron trabajo allá.

27 días después de su desaparición, una mujer encontró el cadáver de María Isabel en la orilla del río Ch’ulla de Vinto. La cabeza cercenada estaba a 50 metros del cuerpo que se encontraba en un acelerado estado de descomposición lo que impidió determinar signos de violencia o una violación.

De la cabeza solo se rescató los huesos ya que el resto fue devorado por los perros de la zona.