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El 10 de noviembre Evo Morales, primer presidente indígena de Bolivia, anunció su renuncia como jefe de Estado. La noticia se dio luego de varios días de tensión y protestas tras las elecciones presidenciales las cuales apuntaron a un triunfo en primera vuelta para el mandatario. En esta edición de El Debate analizamos junto a nuestros invitados si hubo o no un golpe de Estado en Bolivia y los escenarios que se abren para la nación sudamericana hacia el futuro.

La crisis en Bolivia, originada tras los resultados de las elecciones generales del 20 de octubre, tomó un matiz distinto luego de la renuncia del presidente Evo Morales y su viaje a México en donde fue recibido como asilado. Su lugar está siendo ocupado por Jeanine Áñez, que se desempeñaba como vicepresidenta en el Senado y que se autoproclamó presidenta interina.

La salida de Morales de la Presidencia se produce en medio de una alta confusión. El 10 de noviembre la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) determinó que existieron irregularidades en el proceso comicial, por lo que instaba a una nueva elección, algo que el mandatario había aceptado en un primer momento.

No obstante, horas después, el propio Evo Morales anunció que renunciaba luego de que la Policía se amotinara y el jefe de las Fuerzas Armadas le "sugiriera" hacerse a un lado. "¿Por qué renuncio a la Presidencia? Para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a mis hermanos", expresó Morales en una alocución haciendo referencia a los ataques que sufrieron varios de sus allegados políticos. 

La situación causa una poderosa polarización. Tanto la población boliviana como la comunidad internacional se divide entre llamar la salida de Morales como "golpe de Estado" debido a las presiones a las que fue sometido el mandatario, y entre los que aseguran que hubo un abandono del cargo y un hastío generalizado tras casi 14 años de mandato.

"Lamentablemente para el caso boliviano ni el desarrollo de la crisis ni la salida terminaron ajustándose a la institucionalidad del juego democrático", dijo Sandra Borda, profesora del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes en Colombia.

Para el sector opositor no hubo un golpe de Estado debido a que no se produjo un enfrentamiento frontal para acceder al poder.

"Las Fuerzas Armadas están junto a la policía resguardando la paz pero no ha habido un solo disparo (…) La renuncia de Morales se produce para evitar su responsabilidad penal en la comisión de fraude en las elecciones", opinó Fernanda San Martín, diputada del partido Unión Demócrata, desde La Paz, en Bolivia.

"Eso de que los altos mandos le sugieren al presidente renunciar (...) supone una amenaza"

Por otro lado, muchos denuncian que el ascenso al poder de Jeanine Áñez es completamente ilegal y por tal motivo responsabilizan a la oposición de participar en un golpe de Estado.

"Eso de que los altos mandos le sugieren al presidente renunciar y luego el presidente renuncia bajo el argumento de resguardar la vida de miles de bolivianos supone que hubo una amenaza", dijo Aldo Olano, docente investigador de la Universidad Externado de Colombia.

En medio de la tensión, exintegrantes del gabinete de Evo Morales denunciaron que se han producido hechos de violencia a pesar de la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles de las principales ciudades para garantizar la seguridad.

"Hubo amotinamientos policiales en los nueve departamentos del país, las Fuerzas Armadas le pidieron la renuncia al capitán general, como lo es el presidente, se produjeron amenazas y quemas de casas de los principales dirigentes del MAS", resaltó el exministro de Autonomías de Bolivia, Hugo Siles. 

Mientras el gobierno interino en cabeza de Áñez toma sus primera decisiones, Evo Morales sostiene desde México que su lucha no ha terminado. ///