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Biblia, militares e inestabilidad se apoderan de América Latina

No se puede desconocer que Dios ha vuelto a la política latinoamericana, y allí habrá un importante campo de disputa.

hace 5 año(s)

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Los acontecimientos ocurridos recientemente en Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia y en El Salvador conforman sin dudas un telón de fondo de enorme tensión para Latinoamérica, donde la biblia y las Fuerzas Armadas han tomado un papel protagónico en la política nacional.

El pasado 2 de febrero, el presidente Bukele ingresó a la sede del Congreso junto a soldados del Ejército que usaban chalecos antibalas y portaban fusiles de asalto junto a policías antimotines. El mandatario permaneció allí por unos minutos para orar y luego se retiró del lugar.

En Colombia los evangélicos contribuyeron a la victoria del No a los acuerdos de paz en el plebiscito sobre la paz en el 2016. La mención a los derechos LGBT en las negociaciones de paz puso en alerta y movilización a las iglesias y los pastores.

En Costa Rica tras un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor del matrimonio igualitario, Fabricio Alvarado, periodista y cantante de música cristiana, pasó en primer lugar a la segunda vuelta como candidato del partido evangélico Restauración Nacional. Y si bien fue derrotado, pudo aglutinar el 40 por ciento de los votos, principalmente de sectores conservadores, contra la “ideología de género”.

En República Dominicana, Perú y México los evangélicos han organizado marchas en contra del movimiento LGBT.

En Guatemala, la religión evangélica prácticamente ha alcanzado al catolicismo, cuyo gobierno es presidido por Jimmy Morales, un humorista y teólogo evangélico, que en sus discursos exhibe aires de predicador.

En Brasil el poder evangélico reside en el Congreso y ha tomado la forma de un frente evangélico que reúne a los parlamentarios que profesan esa religión, quienes todos los miércoles por la mañana se reúnen en una sala plenaria para rezar juntos, entonando cantos y plegarias. Son los mismos que influyeron decisivamente en la caída de Dilma Rousseff mediante un golpe parlamentario y posesionaron a Jair Bolsonaro como candidato presidencial para luego ganar los comicios.

En Chile está creciendo de a poco la “bancada evangélica” que no ha logrado influir en la toma de decisiones y en las políticas públicas. Pero los militares reprimen desde noviembre pasado a los manifestantes tal como lo hicieron en la dictadura de Augusto Pinochet.

No hay herramientas intelectuales suficientes para analizar la guerra santa que está utilizando EEUU para sustentar golpes de Estado en países de Latinoamérica. Así puede resumirse la tesis de Enrique Dussel, académico, filósofo, historiador y teólogo, al analizar el derrocamiento Evo Morales en Bolivia y el panorama político regional.

Entrevistado por la periodista mexicana Carmen Aristegui y replicado por el portal Explícito, Dussel recordó que “Bolivia era el país más pobre junto con Haití, y ha aumentado su porcentaje de riqueza como ningún otro”.

“Esa biblia reinterpretada desde un hombre moderno norteamericano es el origen de la posibilidad de una nueva Biblia, eso es hoy usado por la OEA y la nueva política norteamericana que se está retirando de Medio Oriente. Se habían alejado de América Latina, pero como en Irak e Irán han sido derrotados, vuelven a Latinoamérica y la quieren recuperar. Eran sutiles los métodos, pero hemos vuelto a los golpes de Estado”, declaró Dussel.

Agregó que “quienes salieron de la pobreza en Bolivia son sujetos que en el fondo aspiran a ser un consumista neoliberal. Y ahí entra un factor: en un golpe de Estado como el de (el militar chileno Augusto) Pinochet, los que dirigieron ese proceso, lo mismo con los militares argentinos, decían que tenían que afirmar una civilización occidental cristiana católica de derecha contra el comunismo”.

Datos: Agencias e Internet

No se puede desconocer que Dios ha vuelto a la política latinoamericana, y allí habrá un importante campo de disputa.

La simbología de la tradicional alianza entre la Iglesia y el poder tanto político como económico y social era perfecta.



EXHORTAN A NO DISPERSAR EL VOTO

El monseñor Jesús Juárez, arzobispo Emérito de Sucre, exhortó el pasado miércoles a no dispersar el voto y a la unidad de los partidos para las elecciones del 3 de mayo, según informó la Red Erbol.

“No queremos nosotros tener numerosos partidos porque hay dispersión del voto”, dijo.

También convocó al Órgano Electoral definir de manera rápida las demandas de inhabilitación de candidaturas.

EL GOBIERNO BOLIVIANO TIENE LA BIBLIA EN LA MANO

REDACCIÓN CENTRAL

En una sociedad dividida entre quienes apoyan al expresidente Evo Morales y quienes se oponen a él, aparece como líder de la oposición una figura que hasta hace poco era irrelevante en el escenario político: Luis Fernando Camacho.

Camacho, un empresario de 40 años, involucrado en el escándalo de los Panamá Papers, de origen católico pero muy cercano a las iglesias evangélicas, que, tras la renuncia de Morales, entró al Palacio de Gobierno, colocó la biblia sobre la bandera de Bolivia y se puso a rezar.

Dos días después, la presidenta transitoria Jeanine Áñez también hizo su entrada a la casa de gobierno con una gran biblia levantada entre sus manos, diciendo: “Gracias a Dios…, que ha permitido que la biblia vuelva a entrar a Palacio”.

ANÁLISIS

Daniel H. Levine.  University of Michigan.

La nueva cara pública de la religión

La asunción de posiciones conservadoras en amplios sectores evangélicos en América Latina no depende únicamente de la influencia de élites locales y globales que hacen circular discursos teológicos y políticos refractarios al cambio social. Se requiere una predisposición para apropiarse de estos discursos, predisposición que está condicionada por procesos de conversión.

La familia nuclear, heterosexual y basada en una subordinación “benigna” de las mujeres se convierte en el núcleo de la experiencia religiosa de grandes sectores evangélicos. Este tipo de construcción del cosmos sagrado evangélico de las últimas décadas es la base para el desarrollo de predisposiciones contrarias a los cambios sociales y culturales que puedan afectar a la familia tradicional-patriarcal.

Y es la base para asimilar los discursos “profamilia” y “provida” de las élites conservadoras de América Latina y de la nueva derecha cristiana.


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