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Hubo confianza, incluso, antes de que se echara a andar la competencia. Y el preludio de la “triple alegría” que intuyó el profesor Beymar Selaya, hace una semana, se dio.

Así, la delegación cochabambina regresó ayer a la Llajta con el tricampeonato, algo que consiguió en horas de la mañana en los Juegos Plurinacionales de Educación Especial de Santa Cruz.

Le alcanzó sumar 20 medallas de oro, 13 de plata y 4 bronceadas para dejar un escalón abajo al elenco oriental, que conquistó 17 doradas, 10 de plata y 11 de bronce.

Selaya, uno de los profesores que acompañó al equipo, había advertido horas antes del viaje que el “elemento humano” era considerable y que, en consecuencia, la fe en los deportistas era grande.

Revalidó ayer su idea. Consultado sobre si resultó complejo o sencillo retener la corona, respondió: “Ha sido uno de los torneos más complicados. Estuvo muy peleado. Se definió en la última jornada. Mira, el jueves por la mañana se realizaron las pruebas de gimnasia. Santa Cruz se fue arriba con 15 de oro. Estábamos también con 15 y terminamos natación con 20. Existió presión. Teníamos que revalidar un campeonato y pensábamos que, de alguna manera, podíamos estar algo débiles. Había confianza en ellos”.

Elva Picachuri no defraudó. Sumó dos preseas máximas en las pruebas de 100 y 400 metros lisos.

“Es una de las más regulares”, analizó Selaya.

Los tricampeones llegaron al aeropuerto Jorge Wilstermann luego de las 18:40. Con sombreros característicos de Santa Cruz, marcaron presencia. Entre sus manos portaron la soñada copa, que reflejó el esfuerzo concretado durante los últimos meses junto a Selaya y Franklin Moruchi, los docentes.