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El hombre que fue torturado, atado con cables, asesinado con una puñalada en el pulmón, y arrojado en un descampado de Tiquirani Maravillas, al norte de la ciudad de Cochabamba, ya fue identificado. Se trata de un librecambista que trabajaba con moneda extranjera y nacional en la plaza Colón y se llamaba Francisco Salazar, más conocido como Pancho. Los restos del hombre fueron reconocidos en la morgue del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) por sus compañeros de trabajo, quienes lo extrañaban desde el lunes 19 de marzo, cuando lo vieron por última vez en la plaza.

“Ese día estaba alegre, una persona lo llamó varias veces a su celular y luego de hablar con esa persona se fue corriendo. No nos dijo a dónde”, relató una cambista. Francisco Salazar les dijo a sus colegas que no tenía familia en Bolivia.

Hubo un tiempo que dejó el rubro para irse a Estados Unidos, pero retornó al país y volvió a la Colón.

“Algunos períodos no venía regularmente porque creo que no tenía mucho circulante”, acotó otro de sus compañeros. Lo que sí les resulta inexplicable es la saña con la que fue asesinado, pues creen que no tenía enemigos.

Salazar fue atado de manos y pies con cables, tenía hematomas en el cuerpo, cuatro golpes en la cabeza que le fracturaron el cráneo cubierto con una bolsa plástica y una herida de cuchillo en el pecho. Fue arrojado en Tiquirani, sobre una carpa y lo taparon con cortinas. La Policía trabaja ya en la investigación que permita dar con los autores del crimen. El robo de su capital es una hipótesis, pero la violencia con la que fue asesinado no corresponde a un atraco común.

Los compañeros de Francisco Salazar se encargarán de velar y enterrar a la víctima, que no tendría a ningún familiar en la Llajta, ni en el país.///