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Estados Unidos y sus aliados actuarán de ese modo en el caso de que el presidente de Siria, Bashar al Assad, "decida volver a emplear" ese tipo de armamento, según ha comunicado el Gobierno norteamericano.

"EE.UU. sigue de cerca la situación en la provincia de Idlib (Siria), donde millones de civiles inocentes están bajo la amenaza de un inminente ataque del régimen de Assad respaldado por Rusia e Irán", reza ese mensaje oficial, que reitera la advertencia del presidente estadounidense, Donald Trump, respecto a que "ese ataque provocaría una escalada imprudente de un conflicto ya trágico".

Asimismo, la Casa Blanca ha enfatizado que Washington continuará su trabajo "incansable" con sus aliados para encontrar "una solución diplomática duradera y resolver las hostilidades en Siria bajo los auspicios de la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU".

El 25 de agosto, el destructor estadounidense Ross, con 28 misiles Tomahawk a bordo, entró en aguas del mar Mediterráneo.

El mismo día, Rusia advirtió que el Frente al Nusra prepara una escenificación en la zona de distensión de Idlib con apoyo de la Inteligencia británica, con el fin de culpar a Damasco de la utilización de armas químicas.

El 27 de agosto, el Ministerio de Defensa de Rusia indicó que Washington planea aprovechar la potencial escenificación de un ataque químico en el noroeste de Siria para justificar un bombardeo posterior contra ese país.

El 30 de agoisto, la ONU confirmó que en Idlib hay cerca de 10.000 terroristas de Al Nusra y Al Qaeda que "deben ser derrotados".

El 31 de agosto, Moscú entregó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y a la ONU las pruebas que confirman preparativos de falsos ataques químicos en Siria.