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El papa Francisco, ante las recientes manifestaciones de rechazo a los inmigrantes en Europa, hizo un llamado para ayudar a las personas que salen de su país huyendo del hambre y denunció el silencio cómplice que permite un clima hostil para los extranjeros que huyen de su país.  "Las respuestas a las peticiones de ayuda, aunque generosas, quizás no han sido suficientes, y hoy nos encontramos llorando miles de muertos. Ha habido demasiados silencios. El silencio del sentido común, el silencio del siempre se ha hecho así, el silencio del nosotros siempre contrapuesto al de ellos", afirmó, en una entrevista para Il Sole 24 ore.

Asimismo, el líder de la Iglesia católica dijo que los gobiernos de los países con una mejor economía deben organizar y generar condiciones para que se de una migración digna. El Papa aceptó que algunas veces los inmigrantes pueden ser vistos como una amenaza por las personas que llevan una vida más acomodada. Pero, mencionó, las personas deberían aceptar la diversidad.

"Se puede recibir a un cierto número de personas, sin descuidar la posibilidad de integrarlas y organizarlas de manera digna. Es necesario prestar atención al tráfico ilegal, conscientes de que la recepción no es fácil", dijo para el Papa Francisco a el citado medio.

Además, el Sumo Pontífice recordó que este año la Organización de las Naciones Unidas puso sobre la mesa dos pactos a nivel internacional: uno que consiga el acuerdo de una migración regular, ordenada y segura, y otra de atención a los refugiados. Como se recuerda, el primer pacto global fue respaldado por 191 países. Sin embargo, el acuerdo firmado no es vinculante, es decir, no tiene un mecanismo que obligue a los gobiernos a respetarlo.