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Inti Nahuel Lois salió de su casa montado sobre bicicleta sin saber que era el último viernes que vería la luz. Días después fue encontrado sin vida en lo que ha sido catalogado como uno de los hallazgos más macabros de la policía de Uruguay.

Desde la desaparición del niño de ocho años la búsqueda de su familia fue incesante, entonces empezaron a preguntar a los vecinos cercanos, amigos o cuanto pudiera dar un dato sobre el paradero del infante. Fue ahí cuando unos testigos afirmaron que un adolescentede 16 años lo interceptó para proponerle ir a recoger piñas, invitación a la cual el risueño menor aceptó sin pensar cómo terminaría todo.

Horas después, hasta la casa de la víctima se acercó el adolescente sindicado por los testigos con toda la parte baja mojada a bordo de una bicicleta y además con la que le pertenecía al niño. Según él, el desaparecido se la vendió, versión que no fue creída por los desesperados padres de Inti por lo que el enfurecido papá le preguntó con vehemencia el paradero de su hijo en más de una oportunidad, pero con total frialdad el adolescente se negó reiteradamente a decir la verdad. Él se fue del hogar sin inmutarse.

Sin embargo, tiempo después las autoridades volvieron a buscarlo pues todas las pruebas lo incriminaban y al verse acorralado terminó por confesar entre lágrimas el lugar donde el cuerpo del niño estaba enterrado.

Inti Nahuel Lois fue hallado muerto en una zona bosocosa con evidentes signos de abuso sexual. Además, la autopsia reveló que tenía la cabeza totalmente golpeada por objetos contundentes aunque todo apunta que se trate de piedras o un pesada pala. Asimismo, el pequeño presentaba uno de los brazos fracturados casi desmembrado, informa el portal Todo Noticias de Argentina.

Todo se trataría de una macabro ritual realizado por el joven, pero aún todo se encuentra en etapa de investigación.

En tanto, uno de los momentos más duros fue el encuentro de los padres de la víctima y el confeso asesino. "¿Vos sos la madre de la rata que mató a mi hijo? Lo acabo de enterrar", le dijo la mamá del niño a la del adolescente.

Y es que tras conocerse el suceso, la familia del culpable ha tenido que mudarse del lugar por las constantes amenazas que reciben. "Es mi hijo y me duele. Pero esas cosas no se hacen a un ser humano”, dijo desencajado y en llanto el papá del asesino.