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La muerte de Wayne Millard dejó apenados a todos en el 2012 pues era muy apreciado sobretodo en el círculo de los negocios, él manejaba la empresa familiar de aviación MillardAir en Canadá. Todo indicaba que se trataba de un suicidio pues fue hallado sin vida en su habitación con un disparo en el ojo.

El principal testigo para resolver esta primera conclusión de la justicia fue su hijo Dellen Millard de entonces 27 años. El joven declaró que siempre veía a su padre como una persona con tendencia a la depresión y que era un alcohólico. “Llevó un agra tristeza con él durante toda la vida que yo nunca supe, nunca quiso compartir eso conmigo”, dijo el hijo a la policía un día después del supuesto suicidio del magnate, recoge la BBC Mundo.

Desde entonces Dellen heredó todas las pertenencias de su padre y asumió la cabeza de MillardAir.

Casi medio año después y ya corriendo el 2013 la desaparición de un hombre identificado como Tim Bosma involucró al nuevo multimillonario. De acuerdo a las investigaciones, la víctima acordó encontrarse con Dellen y su amigo Mark Smich con el fin de vender su auto, desde entonces no se supo más de él.

Tres años después y luego de una ardua batalla legal, Millar junto con Smich fueron hallados culpables de la muerte del hombre de 32 años. Pero no solo ello sino que además se les acusó de quitarle la vida a la novia de Millard, Laura Babcock, quien desapareció en julio del 2012, unos meses antes del empresario de 71 años. Ambos fueron puestos en la cárcel.

Entonces las sospechas sobre una posible muerte planificada contra su padre encendió las alertas hacia Dellen. Fue así como el día de ayer la Corte Superior de Ontario lo responsabilizó del asesinato de Wayne Millard.

Respecto  sus dos otras víctimas, Tim Bosma y Laura Babcock, sus cuerpos nunca fueron hallados pero se presume que  fueron acribillados y luego incinerados dentro de una propiedad de Dellen Millard que se quemó años antes, detalla la BBC Mundo.