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Me propuse fotografiar hermosos paisajes de nuestra Tarija para compartirlos día a día con ustedes, tenía la esperanza de tomar una foto de los Flamencos que están en el lago San Jacinto.

De lejos pude ver muchas hermosas aves a la orilla de lo poco que queda del que fue nuestro lago, al acercarme más logré la foto que tanto quería, estos hermosos animales en todo su esplendor y adornando las aguas de San Jacinto, sin embargo al voltear encontré esta imagen, un precioso Flamenco muerto, plumas rosadas y rojas cubrían su cuerpo, no se si me ganó la tristeza o la rabia, pero mi anterior toma había perdido todo su valor, ahora tenía algo más que mostrar y compartir, la belleza estaba muerta frente a mis ojos.

No soy un experto ambiental, sólo tengo una cámara en mis manos pero se que estamos haciendo las cosas mal, mientras peleamos por quien va a ganar las elecciones o cuanto cuesta la gasolina, mientras el partido o la fiesta del fin de semana merecen toda nuestra atención, mientras las apariencias y el qué dirán asfixian nuestras almas, son nuestras propias acciones las que están terminando con nuestra casa, con nuestro mundo.

Entonces observé al Flamenco muerto y me dí cuenta que el lago también estaba muriendo y me dí cuenta que el mundo también ya estaba en gran parte muerto

mg