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Polémica en Reino Unido. Cristina Shy (36) y su hermano fueron adoptados cuando eran apenas unos bebés y vivieron separados. Ellos se reencontraron nuevamente cuando eran adultos y se enamoraron sin saber que llevaban la misma sangre. Sin embargo, al descubrirlo huyeron a Estados Unidos ya que su relación era incesto e ilegal. 

A la pareja no le importa el riesgo genético para los hijos que podrían tener. Durante una entrevista exclusiva para el medio británico The sun señaló: "Mientras que todos sean adultos que consientan, deberían poder hacer lo que quieran en sus propios dormitorios: depende de ellos cómo quieren vivir su vida”.

"Mucha gente cree que el incesto está mal, pero solo está mal porque es ilegal, pero hay muchas cosas que ahora son ilegales que no serán en unos pocos años".

¿Ejercicio de libertad o ilegalidad? Controversial campaña para legalizar el incesto

Desde que inició el romance cargado de ilegalidad y riesgo genético, Cristina Shy emprendió una campaña para “ayudar” y asesorar a las personas de todo el mundo que tienen relaciones sexuales con sus parientes de sangre. Entre sus polémicos amigos se hallaba un asesino doble que mantuvo una relación incestuosa con su hija con quien tuvo un bebé, a quienes luego mató.

La mujer también cree que las parejas incestuosas tienen derecho a concebir a un bebé, a pesar de los diversos estudios que demuestran que estos niños tienen un altísimo riesgo de nacer con deformidades o discapacidades.

La mujer no aceptó ser fotografiada porque teme que ella y su hermano pueden ser encarcelados por las leyes del incesto. Ella narra a The sun que las similitudes físicas entre ella y su hermano fue lo que más le atrajo, por ello señala que todos los casos de incesto están marcados por una condición que denomina  Atracción Sexual Genética o GSA.