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La Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la Alcaldía de Cochabamba emitió en los últimos dos años 109 autorizaciones de trabajo a menores de entre 10 y 14 años, 71 en la gestión 2017 y 38 en 2018, informó la abogada de esta repartición pública Elena Terrazas.

El número de permisos bajó a casi la mitad en 2018, con respecto a 2017, porque, según la Defensoría, ni los empleadores ni los padres cumplen con este requisito que es imprescindible para que niños desde los 10 años puedan trabajar.

Este 12 de abril se celebra el Día del Niño y lo que se ha observado en los últimos años es que el número de pequeños trabajadores sigue incrementándose, pero las instituciones que “atienden” a este sector no tienen estadísticas precisas de cuántos son y en qué lugares se encuentran.

Damián tiene seis años y durante el día ingresa a los restaurantes de comida rápida de la avenida Santa Cruz para vender dulces y chocolates, pero siempre bajo la atenta vigilancia de una mujer, que aparentemente es su madre.

El niño logra vender sus dulces a algunas personas que se encuentran en estos locales, pero otras lo rechazan con gestos de su mano y, es más, se molestan por la interrupción.

Lucy es una niña de siete años que llega hasta las aulas de la Universidad Mayor de San Simón para vender pastillas y chocolates, también supervisada por su madre.

“Hay niños que son explotados por sus padres, quienes les obligan a vender cosas, porque es más fácil comprar un chicle a un niño”, matizó Terrazas.

Al igual que Damián y Lucy, decenas de niños trabajan en las calles de Cochabamba, unos vendiendo dulces o flores, otros lavando vehículos o haciendo malabares, y hay quienes se dedican a pedir limosna.Lamentablemente, los niños que trabajan dejan de asistir a la escuela y se exponen a la violencia, si están en la calle hasta altas horas de la noche, advirtió Terrazas.

La funcionaria señaló que para emitir una autorización, la Defensoría debe verificar que el lugar de trabajo cuente con las condiciones adecuadas para el niño y que se garantice su asistencia a la escuela.

Asimismo, se le realiza un examen médico para ver en qué situación se encuentra.

“Son empleos que no deben poner en riesgo la salud física ni psicológica del niño, ni comprometer su vida”, afirmó.

Los niños no pueden trabajar más de ocho horas ni después de las 10 de la noche, sin embargo, hay quienes venden diversos productos después de esa hora, comprometiendo su seguridad física, porque llegan a lugares donde se consume alcohol e incluso drogas.

“Por ejemplo, hay niños que trabajan con sus carretillas en el mercado triangular, desde las cinco de la mañana y eso no está permitido, puntualizó.

Si un niño trabaja fuera de los horarios indicados o realiza labores muy pesadas, se trata de explotación laboral infantil.///