García Linera reflexiona sobre los 35 años de democracia de minorías y mayorías en Bolivia
Un dato ilustra esta doble gobernabilidad electoral y social: mientras que en tiempos neoliberales todos los presidentes apenas se reunieron 58 veces con organizaciones sociales, el presidente Evo, hasta fines de 2016, lo ha hecho 5.900 veces, subrayó.
El vicepresidente Álvaro García Linera relfexionó el martes sobre los 35 años de democracia en Bolivia, y consideró que su desarrollo "no fue fácil" porque atravezó un primer momento de "democracia de minorias", donde los presidentes eran electos por el 20 ó 30% de los votos; mientras que gracias a las insurrecciones indígenas y populares de los años 2000, 2001, 2003 y 2008, el pais pudo transitar a una "democracia de mayorías" con mandatarios elegidos con más del 60% y una gobernanza desde las calles.
"Hace 35 años, y gracias a la movilización social, se inició el periodo democrático más largo de nuestra historia. Sin embargo su desarrollo no fue fácil. En un primer momento (1985-2005) se intentó anular la presencia activa de las organizaciones sociales populares cerrando empresas, privatizando otras, legalizando el libre despido y declarando estados de sitio que cercenaban las libertades democráticas. Eran tiempos de DEMOCRACIA DE MINORÍAS, en los que los presidentes eran elegidos por el 20 o 30 % de los votos, en los que la abstención y el voto nulo era superior al del partido político ganador, y en los que empresas y embajadas extranjeras dictaban leyes y programas económicos. Pese a la democracia, minorías internas y externas destruyeron nuestro país convirtiéndonos en un Estado pordiosero que estiraba la mano al mundo para poder pagar sus salarios", señaló el Vicepresidente en un artículo difundido a través de su cuenta de Facebook.
Según García Linea, las insurrecciones indígenas y populares de los años 2000, 2001, 2003 y 2008 cambiaron el rumbo de Bolivia y convirtieron a los movimientos sociales en los protagonistas de la historia, dieron al movimiento indígena el liderazgo político y construyeron el bloque histórico obrero-indígena-popular más importante de los últimos cien años.
Agregó que la fuerza demográfica del pueblo se convirtió en fuerza electoral, permitiendo que Evo Morales sea electo con el 54 %, el 64 % y el 62 % de la votación.
Desde entonces, dijo, se ha instaurado una "democracia de mayorías", en la que el gobierno es electo por más del 60 % de los votos (el doble o triple de lo que obtenían sus predecesores), pero, además, en la cual también se gobierna desde las calles, las comunidades y las fábricas.
Un dato ilustra esta doble gobernabilidad electoral y social: mientras que en tiempos neoliberales todos los presidentes apenas se reunieron 58 veces con organizaciones sociales, el presidente Evo, hasta fines de 2016, lo ha hecho 5.900 veces, subrayó García Linera.
El mandatario remarcó que Bolivia ya no recibe, desde entonces, decretos en inglés, ya no se hinca ante el Fondo Monetario Internacional ni se viste de payaso en las recepciones de las embajadas extranjeras.
"Hoy, Bolivia mira con optimismo el futuro, habla de igual a igual con todos los países del mundo, está orgullosa de sus logros sociales y trabaja para construir un mundo más justo y solidario", señaló García Linea en su cuenta de red social.
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