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Diego Maradona fue internado este lunes en una clínica de la ciudad de La Plata. El director técnico de Gimnasia Esgrima La Plata ingresó al hospital y no fue un cuadro de COVID-19 positivo.

El exjugador de la selección argentina acompañó a su equipo, el pasado viernes, en lo que significó el debut y la victoria 3-0 ante Patronato por la Liga Profesional. No se lo vio muy bien cuando ingresó a la cancha.

Maradona estuvo muy desmejorado el viernes (día que cumplió 60 años), debilitado y con muchas complicaciones para mover el brazo izquierdo. Algo que se notó cuando Marcelo Tinelli, presidente de la Liga Profesional, y Claudio Tapia, presidente de AFA, le entregaron una plaqueta por su cumple.

Según informan desde Argentina, la internación de "Pelusa" fue de común acuerdo con su neurocirujano personal, Leopoldo Luque. ¿La razón? Debido a problemas emocionales que padeció el campeón del mundo con la selección argentina en 1986 por todo lo acontecido con la pandemia del COVID-19.

Hace poco Luque habló sobre Maradona con la agencia de noticias Télam: "Diego no solo fue único en el fútbol, sino que físicamente también ha demostrado tener un físico privilegiado, en sus repetidas recuperaciones, con pérdidas de peso y reapariciones donde se lo ve muy bien. No tiene grises".

"Mi participación con el equipo de salud es apoyarlo y proponerle, pero su autonomía es muy marcada. Él toma las decisiones que cree convenientes para el momento que está viviendo. A veces no quiere aceptar lo que se le sugiere y siempre se le respeta su voluntad. Hoy Diego está gozando de buena salud, siempre con ese trastorno del sueño que no es fácil de manejar, pero todo el tiempo tratamos de que mejore su calidad de vida", contó el neurocirujano, que tiene a Maradona como paciente desde hace cuatro años.

En la cuarentena, el exjugador llevó a cabo un plan nutricional en el que bajó 11 kilos y le permitió volver a trotar tras lo que fue la operación de rodilla que tuvo en 2019, cuando le pusieron una prótesis.