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En las últimas semanas, algunas  unidades educativas están retornando a las  clases presenciales o semipresenciales pese a que las autoridades  indicaron  que esta modalidad aún  está permitida en las  áreas urbanas. Ante esa situación, el  Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el  Ministerio de Educación elaboraron la guía de retorno a clases de forma segura. Sin embargo, el organismo internacional explicó que esa vuelta a clases debe ser en la medida de lo posible de forma escalonada y por cinco factores.

Celia Ferrufino, voluntaria de Naciones Unidas para Unicef y especialista en educación,  informó a Página Siete que en  2020 la pandemia agarró al mundo y sobre todo a Bolivia  sin saber qué hacer respecto a la educación, razón por la que se tomó la decisión de clausurar la gestión escolar. ”No podría decir si esa medida fue buena o mala”, sostuvo.

Sin embargo, la especialista  aseguró que ahora Bolivia se encuentra en un contexto diferente porque  el Ministerio de Educación asumió el compromiso de recuperar el derecho a la educación,  por eso  se elaboró la guía para el retorno a clases de forma segura. El documento fue presentado hace un par de días.

Ferrufino indicó que aún no se sabe cuándo se volvería a clases presenciales;  eso sí, aclaró que “en los municipios grandes donde hay muchos casos e incluso mortalidad (por  Covid-19),  el retorno debe ser planificado entre todos: Salud y Educación porque no se trata de volver por volver, sino de garantizar la vida. Se debe ver con mucho cuidado ese aspecto”.

Según la especialista, más del 40% de las unidades educativas -principalmente del área rural- ya volvieron  a sus aulas. Una de las experiencias es la  de Cochabamba, donde el 40% de las escuelas de la zona sur volvieron a las aulas por  presión de los padres. “Se  estima que muchas escuelas de otros lugares irán volviendo y asumiendo la misma medida”, manifestó. 

Para Ferufino,  la presión de los padres surge porque “no les alcanzan los recursos para pagar a todos sus hijos la conexión. Aunque el ministerio tenga la plataforma, los estudiantes requieren dinero para comprar megas y conectarse”.

Explicó que ese problema es uno de los  factores para retornar a clases porque  “la brecha de conectividad generará  disparidad entre los que pueden acceder a la educación y pagar, y los que no pueden”.

Añadió que según datos  de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información de Comunicación (Agetic),  la mayoría de los bolivianos tienen celulares, “pero no todos  tienen celulares inteligentes y no todos tenemos wifi en la casa”.

La experta  indicó  que en Bolivia existen grandes zonas   donde  no se cuenta ni con luz eléctrica. “Eso genera brechas educativas y disparidades”, dijo. 

El segundo factor,  según  Ferrufino, es que hay procesos de enseñanza y aprendizaje que requieren la vinculación y la presencialidad. Por ejemplo, los niños pequeños del nivel inicial deben aprender jugando, oliendo y eso no lo podrán hacer por vía virtual. “Algunos aprenderán un poco, pero serán muy pocos”, aseguró.

Agregó  que los niños de primaria que aprenden a leer y escribir,  requieren de una modalidad presencial,  incluso para el manejo del lápiz. “Quieren una maestra que les enseñe   porque algunos tendrán a una mamá a su lado  pero otros no,  porque sus papás trabajan”, dijo.

“Son varios aspectos estructurales que van diciendo que en la medida de lo posible será necesario este retorno escalonado”,  dijo la especialista.

Ferrufino  indicó que como tercer factor se encuentra  el tema de la alimentación. “Hay varios niños que el único alimento que reciben es el de la escuela”, dijo.

Según la experta -como el cuarto factor-, con las clases a distancia se registró  el crecimiento de los índices de violencia intrafamiliar. Esta problemática afecta de sobremanera a los niños, explicó la especialista.

Como quinto factor,  la experta indicó  que es muy importante el aspecto social. “Los niños necesitan relacionarse con sus pares”, sostuvo.  Por eso  se elaboró la guía,  un documento  diseñado bajo el marco normativo nacional y que  garantiza el derecho a la educación y  plantea que las autoridades locales deben decidir sobre  el retorno a clases. “Además debe existir un compromiso del gobierno municipal, ya que   ellos se encargan de la infraestructura y de los insumos de limpieza”, explicó.

La guía plantea que las clases sean semipresenciales. Antes del inicio de  las clases, el ministro de Educación, Adrián Quelca, propuso  que un curso de 30 estudiantes se divida en dos grupos,  cada uno pasaría clases día por medio. 

El documento también establece que los recreos sean escalonados, para que cada curso tenga un periodo de descanso y no salgan todos de sus aulas al mismo tiempo. Además que si un niño da positivo, el curso se debe desinfectarse  y  cerrarse  por 15 días, pero si hay más casos positivos, el aula puede cerrar. “Si el maestro es de la tercera edad o tiene enfermedad de base, puede pasar clases a distancia”. La distancia entre cada pupitre debe ser de metro y medio.