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El ministro de Salud, Jeyson Auza, informó este lunes que la tasa de letalidad por el COVID-19 bajó a 0,8% en el país, pese a la explosión de los nuevos contagios en la cuarta ola de la pandemia del coronavirus.

La autoridad recordó que durante la primera ola de la pandemia se registró una tasa de letalidad del 6,2%, en la segunda y tercera ola bajó a 2,7%. Luego comenzó la cuarta ola de la pandemia del COVID-19 con una tasa de letalidad del 0,9%.

“Ahora queremos anunciarles que, al concluir esta semana epidemiológica, estamos en 0,8% de letalidad, vale decir que nuestra gente sí puede estarse enfermando, pero está muriendo menos y ese es el efecto de la vacuna”, remarcó.

Auza agregó que no se trata de posicionamientos ideológicos y que se respeta “profundamente” las creencias religiosas de todas las personas, por lo que la vacunación “no es ninguna imposición y sigue siendo voluntaria”.

Pero “aquella persona que ejerce su derecho a no vacunarse, también debe ejercer el deber de no llevar nuevas variantes, de no contagiar a las personas que ya se han vacunado”, subrayó.

Desde el pasado 1 de enero se exige en Bolivia carnet de vacunación o una prueba negativa de PCR con una vigencia máxima de 48 horas en todos los espacios públicos y privados de concentración de personas.