Video

Los conservadores alemanes designan oficialmente este fin de semana al sucesor de Angela Merkel a la cabeza de la CDU. Se trata de Friedrich Merz, histórico opositor a Merkel dentro del partido que tendrá que afrontar el reto de unir sus filas en torno a su proyecto, superar la última debacle electoral, así como estar a la altura después del reinado hegemónico de la ex canciller.

“Representa una visión más conservadora y orientada hacia el libre mercado, mucho más alejada del centro político que Merkel siempre trató de lograr”, analiza para RFI Günther Maihold, politólogo de la Universidad Libre de Berlín. Merz, de 66 años, fue elegido por los militantes con el 62,1% y este fin de semana es designado oficialmente en el Congreso de la CDU.

Merz regresa al primer plano de la política como jefe de la oposición, cargo que conoce ya que a principios de los años 2000 fue jefe de la bancada del grupo parlamentario de la CDU en el Bundestag. Puesto del que fue apartado por la propia Angela Merkel.

Después de haber trabajado en el sector privado, en el fondo de inversión Blackrock, decidió volver a la política cuando ya Merkel empezaba a preparar su salida. “Esta empresa no tiene muy buena fama entre los alemanes y por eso ha sido muy criticado por haber trabajado ahí”, explica Maihold.

Su regreso es una especie de revancha pero no lo tendrá nada fácil. El primer gran test electoral será en Sarre el próximo mes de marzo, actualmente gobernado por la CDU. “El camino será duro en tratar de unir un partido que ha tenido 16 años de liderazgo de Merkel en un partido que está acostumbrado a gobernar y que se resiente mucho cuando es desplazado a la oposición; puede que surja rápidamente una desconfianza hacia él si no consigue recuperar pronto el terreno electoral perdido”, analiza el politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

Oposición a la coalición de izquierdas por el flanco fiscal

Muy conservador en cuestiones sociales y liberal en lo económico, Merz espera hacer una oposición dura contra el programa del gobierno encabezado por el socialdemócrata Olaf Scholz.

“Su objetivo es relanzar un proyecto alternativo mucho más conservador para dar satisfacción a los que siempre le han apoyado. Pedirá que se reduzca la presencia del Estado, que se bajen los impuestos y que haya un control de los déficits; él viene del área económica, es su fuerte. Con ello va a intentar ganarse la aceptación entre la población ante el aumento de la inflación”, concluye Günther Maihold. La inflación alemana se situó en el 5,2% en noviembre pasado para terminar el año en 3,1%, la  tasa más alta en tres décadas.