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Una realidad muchas veces ignorada. Los ciudadanos de Yemen, uno de los países más pobres del Medio Oriente, están atravesando una grave crisis que les ha obligado a comer, beber y vestirse de la basura. La sentencia está escrita: si no mueren por hambre, será por la enfermedad del cólera.

Según las estadísticas, alrededor de 6 mil 800 personas han muerto en Yemen, 14 millones sufren de inseguridad alimentaria y más de 370 mil niños menores de cinco años están en riesgo de morir de hambre desde que la guerra en el país inició en marzo de 2011. Ellos deberán recibir tratamiento si se quiere que sobrevivan.

Como se recuerda, en el 2014, los yemeníes se sumaron a la protesta contra el nuevo gobierno: bloquearon las calles e instalaron campamentos en Saná, la capital.

Para inicios del 2015 tenían rodeado el palacio presidencial y otros puntos estratégicos que lograron mantener bajo arresto domiciliario al presidente Hadi y a todo su gabinete.

Según medios internacionales, hasta el momento más de 8 mil personas han fallecido y, debido a los bloqueos, no hay entradas para la ayuda humanitaria para los heridos, huérfanos e indigentes, por lo que los ciudadanos se han visto obligados a tomar la radical medida de comer y vestirse de la basura.

Asimismo, el bloqueo por parte de Estados Unidos y Arabia Saudita“contribuyó a un brusco crecimiento de precios de alimentos”.

Uno de los testimonios recogidos es el de Mahdi Abdulla es una ciudadana que no tiene trabajo y, por ende, tampoco dinero para comprar comida, por lo que ha tenido que busca entre la basura algo que le sirva para sobrevivir.

mg