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Desmantelan fábrica ilegal de alcohol adulterado

hace 7 año(s)

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Era negocio redondo. Adulteraban las bebidas alcohólicas y las marcas, y las sacaban al mercado para venderlas como legales. La fórmula del contenido era básica: agua, alcohol y esencias. Con esa receta fabricaban agua ardiente, singani, vino y vodka. La actividad inescrupulosa tenía una gran inversión en materiales y motorizados para el transporte. Fue un “duro golpe”.

La propietaria, Beatriz A.G., fue aprehendida en la misma fábrica de la zona de Lechuguillas y ocho trabajadoras fueron arrestadas en un operativo que realizaron la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Fiscalía y Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) a las 8:20 de ayer, martes.

La fábrica es un galpón que fue construido exclusivamente para la producción de bebidas alcohólicas adulteradas de forma artesanal. El diseño consideró la construcción de un gran aljibe o tanque bajo la tierra para la cosecha de agua de lluvia. Los botaguas de la cubierta concluyen en un caño que baja directamente al depósito. Ese proceso no contaba con coladores, por lo que el agua ingresaba con todas las impurezas. Un tanque recolector de paso de 1.000 litros que llevaba al depósito tenía toda la base llena de tierra. Si no había agua de lluvia se vaciaba de una cisterna, según una explicación técnica.

De ese lugar, con una bomba se conducía el agua a otro tanque de donde se distribuía a otros de 1.000 litros donde se elaboraban las bebidas alcohólicas mezclando alcohol, por ahora no se conoce qué tipo de alcohol y las esencias, según el producto que se quería. En ninguna parte del proceso había un tratamiento técnico e higiénico. Se supone que este proceso sólo era elaborado por los dueños.

Una vez que la bebida estaba lista, se vaciaba en bañadores grandes y alrededor se colocaban los envases para que ocho mujeres se encargaran de su llenado. Luego venía el colocado de las tapas y etiquetas. Después, los productos eran comercializados en la zona del Mercado Campesino y en las regiones de Chuquisaca Centro y Norte con las marcas Nor Cinti para aguardiente, singani y vino; Vodka Sur para Vodka y Chicle para una bebida alcohólica. Por lo general, el producto solía salir al mercado en días festivos.

“Es un atentado y su elaboración artesanal puede afectar a la salud”, dijo el comandante Departamental de la Policía de Chuquisaca, Alex Ríos.

“Son bebidas adulteradas altamente nocivas”, manifestó el director Departamental del SENASAG Chuquisaca, Raúl Paniagua, al señalar que por consumir esta clase de bebidas se pueden cometer crímenes.



Se sospecha que estos productos pudieron haber estado circulando desde hace dos años especialmente con la marca Nor Cinti con cambios repentinos del lugar de la fábrica artesanal, hasta que se instalaron en uno adecuado.

Para no levantar sospechas sobre la producción de aguardiente, vino y singani de la Marca Nor Cinti, los propietarios anotaron en las etiquetas el número de registro del SENASAG que, verificado, correspondía a una empresa legalmente establecida en Tarija, aseguró Paniagua.

OPERATIVO E INCAUTACIÓN

La trama se desató con la denuncia que una persona anónima presentó ante el SENASAG hace un mes. Después dio a conocer a la FELCC y Fiscalía, y hace una semana la Dirección de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) inició el seguimiento exhaustivo. Los movimientos eran controlados, pero había que tener la certeza de que en el interior del galpón había bebida adulterada, hasta que la mañana de ayer, un camión Nissan Cóndor se acercó al galpón y se dio el golpe, contó el director Departamental de la FELCC, teniente coronel Luis Fernando Loayza.

Ríos informó que se aprehendió a una persona, la dueña del negocio ilegal, y se arrestó a ocho mujeres trabajadoras. Se secuestraron 525 litros de vodka, 18.120 litros de agua ardiente, 1.200 litros de vino y 5.400 litros alcohol puro. También se decomisó envases plásticos en tachos, damajuanas y botellas de distintas capacidades, etiquetas y tapas, además un camión Nissan Cóndor, una vagoneta Noah y una camioneta Datsun.

Loayza contó que al parecer el esposo, antes de llegar a la fábrica, observó la presencia policial y escapó en la camioneta que conducía, pero ante la sospecha de verse perseguido abandonó el motorizado y fugó a pie.

 

mg


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