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Ronald Nostas, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, habla de un decrecimiento en la construcción y de crisis en la industria manufacturera. Pide como referencia obligada el índice de inflación (2,71%) para ajuste salarial.   

El Gobierno y la dirigencia cobista abrieron la negociación del tema salarial. Los trabajadores anuncian que pedirán un 15% al salario mínimo y un 10% al haber básico. ¿Cuál es la lectura que tiene al respecto?

La irracionalidad de los incrementos salariales exorbitantes sin ninguna base tiene que parar. Los dirigentes deben entender que el salario no es un componente aislado del sistema y que los ajustes inciden directamente en la creación, sostenimiento y estabilidad de las fuentes de trabajo. En 2012 el desempleo abierto era del 3,2% y ahora supera el 4,5%. 

El 70% del empleo productivo es informal y solo el 40% de los trabajadores son asalariados con sueldo fijo. ¿Acaso esto no debe preocuparnos? Por supuesto que sí. Yo quiero sentarme a discutir con el Gobierno y la COB qué hacer y cómo le damos empleo a los 180.000 trabajadores desocupados  que hay en el área urbana, según el INE Encuesta de Hogares. Los incrementos sobredimensionados ya han generado el aumento del desempleo más allá del 4,5%.  Incluso los incrementos están afectando el empleo en el propio sector público, que ha aumentado en 23% las contrataciones temporales en detrimento de las estables, al punto de desligarse, el año pasado, de los efectos que puedan causar y que ya están causando. Los incrementos anuales llegan cada vez a menos personas, mientras que hay millones de bolivianos que trabajan en la informalidad, sin derechos y sin protección. Estamos precarizando el sistema laboral, solo para conseguir porcentajes irracionales, que benefician a pocos y perjudican a todos. 

Para no precarizar el sistema laboral ¿Qué componentes deben ser analizados?   

El porcentaje del incremento tiene como referencia obligada el índice de inflación de 2017 (2,71%). Como Confederación de Empresarios estamos realizando un análisis de componentes de productividad, utilidades, inversiones, posibilidad de aumentar el empleo formal, perspectivas de la economía y diferencias entre sectores y regiones. Las utilidades del sector empresarial han bajado porque la incidencia de los altos costos laborales más los incrementos fijados en la negociación bipartita  están afectando a las empresas y a la estabilidad del empleo. En los últimos cuatro años las utilidades han caído de Bs 49.000 a 38.600 millones.

La tendencia es decreciente y es peligrosa porque no solo afecta la generación de empleo, también impacta en la inversión. ¿Qué hacemos con los 200.000 jóvenes que  anualmente se incorporan a la masa laboral?. Eso son los temas que queremos discutir. 

¿Qué harán si la COB hace prevalecer su postura como ocurre en los últimos años?    

El presidente de la Conamype ha informado que el año pasado se cerraron 60.000 pequeñas empresas. En 2016 la Cámara Nacional de Industrias dio cuenta del cese de 511 empresas productivas industriales y en 2017 la cantidad fue mucho mayor. Se cierran industrias con alta demanda de mano de obra y se abren unipersonales, por eso hacen creer que la cantidad de empresas aumenta. La semana pasada el propio presidente Evo Morales ha señalado su preocupación por la situación de las mypes. Eso yo lo asumo como una buena señal que puede modificar la intención de la COB y algunos ministros para que las cosas sigan agravándose. Los empresarios vamos a pelear hasta el final para que se imponga la racionalidad y la responsabilidad. 

Ustedes proponen un diálogo tripartito en la negociación de definición de incremento salarial. ¿Qué respuesta han recibido hasta el momento?    

Vamos a esperar la respuesta del presidente a nuestra carta que remitimos a mediados de marzo en la que pedimos de manera clara y firme que se cumpla el acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que el debate y el análisis sobre el incremento salarial tome en cuenta nuestra posición como sector y, sobre todo, se considere la situación real de las empresas que asumimos los costos. Yo creo que debe haber un sinceramiento de todos y una mayor responsabilidad y seriedad de la COB y del Ministerio de Trabajo con los trabajadores del país. No puede ser que a nombre de los trabajadores dos sectores tomen decisiones que pueden generar simpatía pública, pero que en los hechos solo está perjudicando a los grupos más vulnerables y haciendo cada vez más difícil el ingreso de nuevos trabajadores al mercado formal laboral.   

¿Cuál es el balance sectorial en el primer trimestre de este año? ¿Qué sector refleja buen desempeño y cuál se estancó?

No existen datos finales del trimestre, solo indicadores como el aumento de los precios de hidrocarburos y los buenos resultados de la recaudación impositiva y de los depósitos bancarios. Hay problemas serios en la agricultura por inundaciones, decrecimiento en la construcción y la industria manufacturera continúa en crisis. Las reservas internacionales han decrecido y se mantiene la tendencia de déficit comercial. El crecimiento está en desaceleración y no podemos detener esa tendencia rogando que las cosas mejoren, sino tomando decisiones urgentes como acelerar la industria del etanol, la lucha integral contra el contrabando, la apertura a la biotecnología y la concreción de Puerto Busch e Ilo. Es fundamental que en esta etapa, el Gobierno acepte y valore que solo el trabajo conjunto con los sectores productivos y empresariales puede  sostener los avances alcanzados. Hay que corregir distorsiones de dependencia en algunas regiones que están ‘fundidas’ .///