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El jeque Saud al Mojeb, fiscal general de Arabia Saudita, confirmó que cinco de los acusados de haber asesinado al periodista Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Turquía, admitieron haberlo drogado y asesinado, para luego descuartizar su cadáver y entregarle los restos a un ‘colaborador turco’, por lo cual podrían ser condenados a muerte.

De esta forma, Saud al Mojeb, quien expuso además el resultado de sus investigaciones, exculpó de cualquier responsabilidad en el hecho al príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán, a quien el gobierno de Turquía y otras autoridades internacionales acusan de ser el autor intelectual del condenable crimen que ha conmocionado al mundo entero

Poco después de los anunciado a la prensa por Saud al Mojeb, el ministro de Exteriores de Arabia Saudita, Adel al Jubeir, reafirmó que el príncipe Mohamed Bin Salmán no estaba al tanto del hecho. “En absoluto. El príncipe heredero no ha tenido nada que ver con este asunto”, respondió durante una conferencia de prensa en la ciudad de Riad, la capital del reino.

Al Jubeir dijo que los medios turcos y cataríes han politizado el caso, a su vez que rechazó la investigación internacional propuesta por su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu. “El asunto será tratado por el sistema judicial en Arabia Saudí”, precisó, tras asegurar que su país tiene “un sistema legal independiente” capaz de abordar un crimen como el de Jamal Khashoggi.

En el mismo sentido, y prácticamente con las mismas palabras se refirió el portavoz de la fiscalía, Shalaan al Shalaan, al presentar ante los medios los resultados de la investigación de su departamento. Del total de 11 acusados por la justicia local, el fiscal pidió la pena de muerte para cinco de ellos, lo que ya confesaron el crimen.