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El Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos pidió que se mantengan los soldados desplegados en la frontera con México después del 15 de diciembre, una fecha que en principio marcaba el final de una misión que genera polémica.

Actualmente cerca de 5.600 efectivos están estacionados a lo largo de la frontera entre ambas naciones para asistir a los guardias.

Este despliegue fue anunciado por el presidente estadounidense, Donald Trump, antes de las elecciones de mitad de mandato del 6 de noviembre.

Aquello, con el objetivo de frenar una caravana de miles de migrantesque había salido de San Pedro Sula, en Honduras, el 13 de octubre con destino al norte.

Esta misión debía terminar a mitad de diciembre, pero el DHS pidió al Pentágono extenderla hasta el 31 de diciembre, teniendo en cuenta la “continua amenaza” que persiste en al frontera sur, según dijo la portavoz de la entidad, Katie Waldman.

El Departamento de Defensa indicó que estaba estudiando la petición, pero que todavía no había una respuesta.

Además de los soldados, cerca de 2.100 reservistas de la Guardia Nacional ya habían sido desplegados en la frontera hace meses.

Para muchos críticos de Trump, esta operación sólo estaba orientada a movilizar a los votantes republicanos, generando dudas sobre su costo y utilidad.

Hasta ahora, los militares centraron sus labores en instalar una alambrada en algunos tramos del río Grande, que separa ambos países.