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Una embarazada de ocho meses salvó la vida de su marido y su hija al matar a balazos con un fusil de asalto AR-15 a uno de los dos hombres armados que ingresaron por la fuerza en su casa de Lithia (Florida, EE.UU.) el pasado 31 de octubre.  

El esposo de esta mujer, Jeremy King, explicó que esos intrusos enmascarados penetraron por la parte de atrás de la vivienda y le apuntaron a la cabeza con sus pistolas y exigieron dinero. Cuando este hombre respondió que no tenían nada que valiera la pena, los malhechores agarraron a su hija de 11 años. 

La situación se volvió realmente violenta: uno de los ladrones le golpeó varias veces con su pistola y el otro le pateó repetidamente la cabeza cuando su esposa se asomó desde el dormitorio para ver qué sucedía.

"Ella evitó que me mataran"

En ese momento, uno de los asaltantes abrió fuego hacia su posición y la mujer encinta, cuyo nombre no ha trascendido, tomó un AR-15 y baleó a uno de los delincuentes, que escapó unos 60 metros antes de fallecer.

Este asalto dejó a ese hombre de 34 años fracturas en la cuenca de un ojo y una cavidad sinusal, así como una conmoción cerebral, 20 puntos de sutura y tres grapas para cerrar una herida de su cabeza, así que aseguró que su esposa "evitó que me mataran".

La Policía local busca al segundo delincuente, que logró huir del lugar de los hechos, mientras que las víctimas indicaron que no conocían a los intrusos ni por qué eligieron a su familia.