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El Reino Unido quiere anticiparse a sus ex socios de la Unión Europea, por lo que su primer ministro, Boris Johnson, adelantó que se prohibirá la venta de todos los automóviles con motor térmico -gasolina y diésel-, incluso los híbridos, en 2035.

Algunos países europeos han lanzado ya la fecha de 2040 como la del fin del motor térmico, aunque no se han pronunciado si ello supone asimismo el punto final para los térmicos. Sólo Noruega, donde las ventas de coches eléctricos están muy cerca de representar la mitad del mercado, se ha puesto un límite más cercano: 2025.

Más que un anuncio oficial es una ‘declaración de intenciones' porque el proyecto está ‘bajo reserva de consulta', según detalla la web especializada Soy Motor. De hecho, a los impulsores de la iniciativa les gustaría que la fecha límite fuera más cercana, aunque queda mucho por hacer en infraestructura de puntos de recarga.

Johnson quiere aprovechar el COP26 -la conferencia de la ONU sobre el cambio climático-, que se desarrollará en Glasgow el próximo noviembre para hacer un anuncio grandilocuente: el compromiso de Gran Bretaña de ser ‘carbon neutral' en 2050 "e intentar que otros países se unan a este compromiso.

En el seno de la industria del automóvil británica, plena de incertidumbres a causa del brexit, el anuncio del gobernante ha caído como una bomba. El problema es que esta industria -salvo algunas marcas artesanales- ya no es británica, sino que tiene fábricas en Inglaterra pero sus matrices están en otros países. En ese contexto, anuncios como ese pueden hacer que dichas marcas decidan trasladar la producción a otros lugares, y a que la electrificación requerirá plantas nuevas o profundamente remodeladas.///