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Arias: «Lo importante son las obras, no me interesa aparecer en la fotito»

Arias asegura que su gestión será de conciliación y que convocará a Dockweiler y a Castro para incorporar sus ideas.

hace 4 año(s)

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Iván Arias, alcalde electo de La Paz, dice que su gestión será de diálogo y acuerdos. Asegura que convocará a  Dockweiler y  Castro para incorporar algunos de sus proyectos con su consenso. Su prioridad será la vacunación anti-Covid. “He hecho alcaldes, tengo la madurez y estoy dispuesto a trabajar. Están abiertos los brazos para quienes quieran aportar a La Paz”, sostiene.

Tres veces, cuenta, ha estado al borde de la muerte y las tres ha salido con  convicciones definitivas. En la primera tenía 21 años y había sido  baleado por la dictadura de García Meza: “Ahí decidí apostar por la democracia en vez del socialismo en el que me había formado”. La segunda tomó la forma de  cáncer: “Ahí adopto la filosofía de   Mandela, me curo de mis odios en pos de la reconciliación”.

 La tercera vez fue en agosto pasado, cuando además de luchar contra la Covid debía batallar con la falta de oxígeno, que no llegaba por los bloqueos. “Ahí digo si sigo aquí es por algo, y me animo a presentar la candidatura a la Alcaldía y ojo que no pretendo ser un elegido, sería absurdo”, dice.

Decisión o designio, el   Negro  hace una semana ganó en las urnas la Alcaldía paceña. Ahora en  la flamante oficina del burgomaestre electo, la actividad no para. Reuniones, entrevistas para Arias y su equipo, que ya lo llama alcalde.

¿Qué siente cuando se refieren a usted como alcalde?

 Yo soy hijo de la democracia pero también  soy hijo de la Participación Popular. Desde el 93, cuando formé parte del primer equipo que hizo la Ley 1551,  no he parado de  llevar adelante el municipalismo en todo el país y  también a nivel internacional como consultor.  Por eso era un sueño, una ambición interna positiva que teníamos. Que me llamen alcalde es  una meta cumplida,  que yo veía muy lejana y hoy es una realidad. Gracias  al pueblo que me ha dado su voto y  también creo gracias a la experiencia acumulada de tantos años de trabajar en el tema municipal, en todos los ámbitos. Estoy acá para darme y trabajar.

¿Qué sintió el domingo cuando  se confirmó su triunfo?

Desde el sábado estábamos ansiosos,  queríamos que de una vez nazca la wawa. Teníamos la esperanza de ganar y hemos ganado bien. En la campaña yo sentía el cariño de la gente en la calle pero ese no  siempre  se expresa  en un voto. El domingo se ha dado la feliz coincidencia. Por  la noche fuimos a agradecer a San Francisco;  no lo hicimos en el hotel sino en la plaza histórica  de tantas luchas en defensa de la democracia. Allá simplemente dije “gracias” y mostré como símbolo mis zapatos descachados, hechos tiras después de acompañarme en toda la campaña. No fue premeditado, ese zapato fue el  símbolo de nuestro esfuerzo -hemos ganado voto a voto-  y  es además un mensaje a futuro: Mi alcaldía va a ser  una alcaldía que camine, que busque al vecino. No voy a esperar que el problema venga  sino  voy a ir a buscarlo para encontrar soluciones.

 

Y ya lo estamos haciendo. Ya hemos abierto nuestra oficina del alcalde electo, ya nos hemos reunido con el alcalde Revilla, ya hemos hecho la agenda de transición . Ése va a ser nuestro estilo, el lunes vamos a tener una reunión con el Concejo.  El zapato es el símbolo: así como hemos hecho campaña vamos a trabajar y ése es un principio de mi vida. Mi madre siempre  me decía: “Para los que venimos de abajo no hay otra recomendación que el trabajo;  trabaje porque usted no ha nacido en una cuna de oro, no tiene un apellido malditango, trabaje”. Por eso desde niño he trabajado. Veo el trabajo como una oportunidad para crecer. 

¿Por qué no se lograron alianzas? Finalmente fue solo pese a haber sido ministro.

Yo fui ministro porque sabía que iba a ser por poco tiempo pero terminó alargándose 11 meses. Fue difícil enfrentar la pandemia pero lo hicimos y aprendimos mucho. Tengo la certeza ahora que si la peste no devastó  Bolivia fue por las medidas oportunas como la cuarentena y el trabajo colaborativo de Gobierno, gobernaciones y alcaldías. Por supuesto que ha afectado a la economía y ha tenido efectos que hemos pagado electoralmente sí, pero fueron medidas atinadas,  que se embarraron con  la decisión de que la entonces presidenta se presentara como candidata. Yo expresé mi descontento y me retiraron del consejo político . Fui una especie de marginado.

Al día siguiente que dejé el Ministerio de Obras Públicas me cité con el Tata y cuando iba del Multicine a El Prado a esa reunión,   la gente me paraba cariñosa. Dos cosas que debían ser normales habían sido extraordinarias. Una, que trabajes  y dos, haber  entregado el ministerio de frente. Así que decidimos con el Tata ir a la Alcaldía y a la Gobernación y  buscamos acuerdos con  partidos pero ninguno vio potencial en nosotros.

 

Fue mal cálculo político, no vieron que la gente quería candidatos  nuevos, outsiders como fuimos. Yo he hecho alcaldes y tenía una fórmula de cuatro “pes” para  prever un triunfo: Príncipe (líder), programa, plata y partido. Y curiosamente hemos ido sin plata ni partido. Nos fueron ninguneando, pero dijimos le metemos y si perdemos va a ser peleando.

¿A qué atribuye el éxito de su campaña?

El éxito de esta campaña tiene varios factores pero dos fundamentales: hemos recuperado lo mejor de la vieja política que es estar en la calle el contacto con la gente,  hablarle con el corazón, no prometerle más de lo que vas a poder hacer, mirarle a los ojos. Yo decía a los compañeros gremiales que  nos parecíamos porque ellos salen  cada día a riesgo de su salud para llevar pan a casa, nosotros igual lo hacíamos por votos. Hemos usado elementos lúdicos, nos criticaron por los Avengers, pero queríamos  ser dúctiles, escuchar a la gente. Por ejemplo,  consideramos siempre a las mascotas en el programa pero al hablar con los jóvenes vimos que les interesaba mucho y  lo subimos en importancia. O regalar besos de negro. Acostumbrado a dar talleres, he llevado el couching a los discursos para interpelar a la gente, reforzar su autoestima, no echar la culpa a otros, eso hizo empatía. 

Segundo, nuestro discurso seguía la lógica mandeliana de reconciliación, de sumar y multiplicar en vez de  restar o dividir. De gobernar para todos y recalcar que las diferencias políticas no pueden ser motivos de odio. Hemos penetrado a territorios que parecían vedados, pero nos recibían yo creo por el discurso, la actitud  de no  odio. Nunca me he referido despectivamente a los oponentes, incluido el señor Dockweiler.

 

Sin embargo, según un estudio de Bolivia Verifica, su candidatura y la de Eva Copa en El Alto fueron las más atacadas. ¿Cuánto le afectó la guerra sucia?

Yo ya dije que ni la Covid me hizo tanto daño como la guerra sucia pero veneno que no mata engorda. En el terreno familiar a mí me ha fortalecido. Llevo 33 años con mi esposa y por supuesto que en todo matrimonio hay momentos difíciles. En un momento de  crisis, mi madre  me hizo dos preguntas: “¿Cómo quieres morir? ¿solo o acompañado? Si quieres morir solo no respondas  a la segunda que es ¿con quién?”.  Ahí, me respondí, que quiero morir con mi esposa.   Ahora vino este golpe que lo único que ha hecho ha sido ratificar que otros 30 años más le echamos con mi esposa. A veces soy muy espontáneo, soy natural, pero puede ser malinterpretado,  por eso en la gestión pública vamos a mantener distancia Covid.  Hay que mirar hacia adelante. Yo perdono y espero que me perdonen.



¿Eso incluye a sus oponentes?

El lunes estoy solicitando reuniones con el señor César Dockweiler y con el señor  David Castro  para decirles que en la medida de lo posible llevar adelante sus mejores ideas. No  interesa quien las proponga  si son planteamientos que hacen bien a La Paz, hay que incorporarlos. Me voy a sentar a tomar un café con ellos y charlar  sobre qué les gustaría que impulsemos con su autorización,  claro. Vamos a reconocer por supuesto su aporte a la ciudad.

Llegó la hora de cumplir promesas. ¿Cuál será su prioridad?

Las vacunas, no se puede reactivar la economía ni  mejorar la calidad de vida sin la vacuna. Esperamos que el Gobierno  permita que municipios y  gobernaciones compren vacunas. A un año de la pandemia, sabemos que la única manera de luchar es   de forma coordinada, lo contrario nos va a llevar al descontrol. Se nos viene la tercera ola y este virus está mutando cada vez más. Por eso si el Gobierno  me dice deme su cuota para comprar,  yo le digo “tome la cuota”. Si el Gobierno decide vacunar solo, le vamos a colaborar en lo que necesite.  Lo importante es que la gente se inmunice. A mí no me va a importar el color del gato sino que cace ratones. 

 

Recibirá una alcaldía golpeada por la pandemia y tendrá adelante un gobierno que en gestiones pasadas coordinó poco y mal con los alcaldes que no fueron de su partido. ¿Cómo salvará esos escollos? 

El contexto económico es muy difícil. Precisa trabajo, dedicación, imaginación  para apalancar recursos. Habrá que hacerlo a punta de tesón, de búsqueda de acuerdos. Si el Gobierno no quiere   trabajar conmigo, que lo haga con sus concejales , con sus organizaciones. Si yo debo poner contraparte para que los proyectos para La Paz se lleven adelante, lo voy a hacer porque   no me  interesa aparecer en la fotito. En mi gestión no va a ver ni una  foto del alcalde en ninguna obra, no quiero aparecer en la postal, lo que me importa es que se hagan obras y cosas por la ciudad. Si el Presidente quiere hacer un puente, pintarlo de azul e inauguarlo solo, que lo haga. No voy a poner trabas salvo que se cumplan los requerimientos técnicos. Lo que queda son las obras y el bien de La Paz. 

No va a ser fácil, aún hay enguerrillamiento pero seré un alcalde que busque el  acuerdo. ¿Por qué seguir sacando la costra a la herida y echándole vinagre?  Mis actos van a hablar, el hecho que me reúna con los contrincantes es un gesto de que  priorizaré a La Paz.

Vamos a conformar también un  consejo consultivo con los exalcaldes. Están de acuerdo Juan del Granado, Ronald MacLean;  Mónica Medina lo está pensando y Luis Revilla se va a sumar después de un descanso justo.  Es un consejo ad honorem,  creativo en ideas y propuestas. Los excalcaldes serán  veedores externos y nos van a ayudar con experiencia porque son la memoria de la ciudad.

 

 ¿Cómo ve al Concejo? Tendrá mayoría pero fuerte oposición

Vamos a tener mayoría pero yo no quiero utilizarla para aplastar a la minoría, sino para llegar a acuerdos y hacer  cosas conjuntas. Por ejemplo, si el MAS ha  planteado una ciudad de oportunidades, ¿por qué no la hacemos juntos?,  ¿o era sólo discurso? Ayudémonos a canalizar recursos por el bien de todos. Espero que César acepte la invitación para charlar.  Yo voy a abrir los brazos a todos los que piensen en La Paz porque  nos hemos estancado y debemos pagar el precio de ser capital política.  Diálogo y acuerdo será la  lógica con  el Gobierno, con el Concejo, con los vecinos, gremiales, choferes, con todos.

Voy a solicitar reuniones con los municipios vecinos de  Mecapaca, Achocalla, El Alto,  en igualdad y respeto para que establezcamos relaciones de buena vecindad y proyectos comunes. Quiero ver en ellos aliados y que ellos vean en mí a un aliado para que todos ganemos.   Estoy abierto a lo nacional,  a lo internacional;  por eso el programa se llama La Paz en Paz, que queremos aplicar desde el primer día.

 ¿Habrá despidos en la Alcaldía?

En toda institución pública hay los cargos de confianza de libre nombramiento. El resto de la gente se va a quedar con la lógica de promoción de méritos, que permitan al funcionario sentirse valorado y ser competitivo. Hay que aplicar el sistema de valor público, con la lógica de que un trabajador satisfecho en su institución hará una mejor labor. Cómo vas a dar buen trato  al ciudadano si a vos en tu  institución te maltratan; al final esa bronca se va al ciudadano.  Vamos a hacer un proceso de couch interno de revalorización, de cambiar el chip, de pasar de pega a oportunidad. El peor alcalde es  el empieza a botar a la gente y  empieza a medir cortinas.  

 

Por eso  cada vez estoy más convencido de que mi personal jerárquico deberá salir dos veces al año a barrer las calles, para que vean el polvo,  el contacto con la realidad y con la gente.  Es un problema de actitud, no de plata.

¿Cuánta gente de SOL.bo se ha ido con usted? Se sabe que lo hicieron Sogliano y Cornejo.

Cornejo ha renunciado y no está conmigo; la he visto en una concentración, le agradezco. No hemos cerrado la puerta a nadie, pero SOL.bo se fue vaciando no sólo a mi alianza sino a otras. Lucho (Revilla) ha dicho que van a hacer una evaluación; quizá no se pudo ver los problemas que  se venían y se están pagando las consecuencia. Él evaluará las razones.

¿Dará continuidad a  proyectos de la gestión que se va?

Ya hay cosas del patrimonio de La Paz: el plato paceño, la chola, el PumaKatari, las Cebras y los Barrios de Verdad. Vamos a mantener estos símbolos mejorando los proyectos como los de los Barrios de Verdad. Concluiremos los viaductos y haremos más en puntos estratégicos como la Colombia o el Cruce de Villas,  con sistemas de licitaciones transparentes y rápidas. Me he comprometido a agilizar el 90% de los trámites digitalizando el sistema. Vamos a trabajar en  incentivos para vecinos que pinten sus casas, que reciclen agua, para las subalcaldías que lo impulsen,   para las constructoras que inviertan. Hay muchas cosas pendientes pero la labor más dura es devolver la confianza de la sociedad en el gobierno municipal.