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El gobierno militar de Sudán restableció el jueves la conexión a internet, cortada desde el golpe de Estado del 25 de octubre, un primer paso para reabrir el país tras una represión que ya ha dejado 39 muertos, entre ellos cinco adolescentes.

Desde el golpe de Estado del general Abdel Fattah al-Burhane, Naciones Unidas, los embajadores occidentales, los activistas e incluso los jueces sudaneses habían pedido el restablecimiento de internet.

Los generales hicieron oídos sordos e incluso cortaron el miércoles el teléfono.

Pero tras un estallido de violencia sin precedentes el miércoles –que se saldó con la muerte de 15 manifestantes a manos de las fuerzas de seguridad y decenas de heridos de bala– el nuevo gobierno ha aflojado el cerco.

Tras restablecer las comunicaciones telefónicas durante la noche, los militares volvieron a conectar internet el jueves por la tarde.
Los activistas contra el golpe calificaron la jornada del miércoles de día de la «masacre».

Solo en Jartum Norte, un suburbio unido a Jartum por un puente sobre el Nilo, al menos 11 manifestantes murieron a manos de las fuerzas de seguridad que, según un sindicato de médicos prodemocráticos, apuntaron a «la cabeza, el cuello o el torso».

La movilización, que reclama un gobierno civil en un país que lleva 65 años bajo un régimen militar casi continuo, tiene ahora un bastión en Jartum Norte.

En el resto de la capital y en todo Sudán, las marchas se dispersaron antes de la noche del miércoles al jueves, pero en Jartum-Norte los antigolpe siguieron defendiendo sus barricadas el jueves respondiendo a los gases lacrimógenos lanzando piedras.

El pasado 25 de octubre, el general Abdel Fattah al Burhan, que dirigía el proceso de transición, declaró el estado de emergencia, disolvió el gobierno y detuvo a los dirigentes civiles.