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Miles de personas se volcaron a las calles de Bruselas para protestar en contra del cierre de cines, teatros y salas de espectáculos ante la emergencia de la variante Ómicron del coronavirus.

Las marchas y plantones iniciaron la jornada del domingo y se extendieron hasta este lunes por las calles de la capital, en un ambiente festivo, pese a la jornada gris y lluviosa, unas 5.000 personas, según la policía, acudieron al llamamiento de trabajadores y artistas para clamar contra las medidas pactadas este miércoles por el Gobierno y las regiones.

La medida entró en vigencia el domingo y las únicas actividades que se salvaron del cierre fueron los museos y bibliotecas. Bélgica ya contaba con medidas como el teletrabajo parcialmente obligatorio y el cierre nocturno de bares y restaurantes, por otro lado.

"Hemos concedido una gran importancia a la solidaridad y hemos hecho todo lo posible para poder trabajar de forma más segura. Fuimos los primeros en cerrar y los últimos en reabrir. Pero esta macabra lotería ya no trata de salud. Esto es un juego económico y político y, lamentablemente, somos las víctimas más fáciles", dijo el actor Stany Crets.

Por el escenario de la explanada de Mont des Arts desfilaron personalidades como el director del teatro real flamenco Koninklijke Vlaamse Schouwburg, Michael De Cock, o la directora del centro coreográfico de Bruselas-Valonia Charleroi Danse, Annie Bozzini, en un acto con réplica en Lieja, donde varios cientos de personas se han concentrado frente a los cines Sauvenière.

Mientras tanto, decenas de salas han permanecido abiertas este domingo, desobedeciendo a las autoridades.