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El 10 de marzo de 2020, hace exactamente dos años, el país se sumaba a otros de Latinoamérica y del mundo. Era martes y las sospechas de horas precedentes se confirmaban al comenzar la noche: el covid ingresaba al país con los dos primeros casos positivos reportados, eran dos mujeres que se habían contagiado el virus en Italia.

Desde aquella fecha y hasta anoche, el covid se llevó la vida de 21.470 bolivianos, una gran parte en Santa Cruz, epicentro histórico de contagios y muertes por la pandemia en el país.

Pero eso no es todo. Las estrategias de contención de contagios llevaron a que se decrete cuarentena a nivel nacional, el cierre de fronteras terrestres y espacios aéreos, la clausura del año escolar en 2020: luego se impondría la educación virtual; las olas de contagios provocaron la saturación del sistema sanitario y el colapso de cementerios.

En el plano económico, la pandemia provocó la desaceleración de la economía, el cierre de decenas de empresas, la pérdida de empleos y la masificación del comercio informal. Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del año pasado señalan que, solo en Bolivia, 500 mil personas cayeron en la pobreza entre 2020 y 2021 debido al impacto de la pandemia en materia de salud y empleo.

El ingreso del virus tocó a la gestión de la expresidenta Jeanine Áñez, en un momento en que todavía se escribían los últimos capítulos de la crisis política y social de 2019. La pugna política se manifestó en las calles en medio de la propagación del virus.

Con la elección y asunción del presidente Luis Arce, los esfuerzos de contención de la pandemia se volcaron a la provisión de vacunas. La apertura de la inmunización fue progresiva y este jueves 10 de marzo no solo se habla de la primera y segunda dosis anticovid, sino de la primera de refuerzo. Y ayer, miércoles, se habilitó la segunda de refuerzo, es decir, una cuarta dosis.