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En un nuevo episodio de arrogancia imperial, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que su país “tiene ahora el control completo y total de los cielos de Irán”, luego de los incesantes bombardeos lanzados por el Ejército israelí contra territorio iraní. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que los ataques han destruido “una gran cantidad” de lanzaderas de misiles y la mitad de los drones iraníes, aunque sin mencionar los centenares de víctimas civiles.

Trump celebró el dominio aéreo con un mensaje en Truth Social, exaltando la superioridad armamentística de su país: “Nadie lo hace mejor que el bueno de Estados Unidos”. Estas declaraciones llegan justo después de que su vicepresidente, JD Vance, abriera la puerta a “nuevas acciones” contra el programa nuclear iraní, reforzando la narrativa de amenaza y justificando futuras agresiones.

Vance elogió la supuesta “contención” de Trump y dejó claro que cualquier decisión militar seguirá orientada a “proteger los intereses de Estados Unidos”, una fórmula que históricamente ha significado injerencia, sanciones y violencia en nombre de la seguridad.

Simultáneamente, ambos líderes insistieron en que Irán no debe poseer armas nucleares, un argumento que Israel utiliza para legitimar su campaña militar, la cual ya ha dejado más de 224 muertos en Irán, incluyendo niños y civiles, además de miles de heridos. En Israel, se reportaron al menos 24 muertos por la respuesta iraní.

Los ataques israelíes comenzaron justo antes de una nueva ronda de negociaciones nucleares prevista en Mascate, Omán. Las autoridades iraníes cancelaron el encuentro, denunciando la agresión como un acto de sabotaje diplomático orquestado con complicidad de Washington.

Con cada nueva ofensiva, se refuerza la alianza entre el gobierno estadounidense y el sionismo más beligerante, una asociación que parece más interesada en perpetuar el conflicto que en promover la paz.