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En febrero de 2017, Lucas Hernández y su novia protagonizaron un hecho de violencia en la vía pública, cuando ella lo golpeó y dañó la parte lateral de su auto. El francés de 21 años respondió respondió la agresión física y ambos fueron condenados por disturbio familiar en vía pública: se les prohibió acercarse a menos de 500 metros y todo tipo de comunicación por un plazo de seis meses.

Sin embargo, la pareja mantuvo una estrecha relación y, a mediados del año pasado, viajó a Las Vegas y contrajo matrimonio. En su regreso a Madrid, fueron detenidos en el aeropuerto de Barajas en un vuelo proveniente de Miami. El futbolista del Atlético fue puesto a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de la capital española y tras pasar una noche en un calabozo, quedó en libertad.

Hernández y Amelia de la Ossa debían cumplir con 31 días de trabajos comunitarios, según dictaminó el juzgado madrileño que abordó la causa. Ahora, la Fiscalía exige que el defensor colchonero vaya a prisión durante un año por haber desoído la orden de alejamiento.

Su contacto fue más allá, ya que algunos medios españoles aseguraron que la mujer compartió a través de sus redes sociales una imagen embarazada y el bebé sería de Lucas.

Próximamente, el futbolista será citado a declarar, al igual que su mujer y los efectivos policiales que llevaron a cabo el arresto y los denunciaron. El fiscal a cargo de la causa pretende que si la sentencia es condenatoria, el acusado tendrán que cumplir con la restricción de acercamiento y comunicación con su pareja y, si no acata en el plazo fijado, incurrirá en un delito de quebrantamiento de condena.

mg