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La UNE enciende la alerta ante el excesivo consumo de alcohol

hace 7 año(s)

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Un médico y un experto en neurociencias nos ayudan a entender. El cerebro y el hígado son los más perjudicados con la ingesta de alcoholes de forma seguida No es un secreto, ni tampoco algo que esté prohibido: en los cuatro o tres días de Carnaval, mucha gente tiene como su principal ingrediente el consumo excesivo o moderado de bebidas alcohólicas y sus buenos churrascos. Pues bien, esta situación es analizada por dos especialistas, un médico y un experto en neurociencias.

El médico Jorge Crisosto, Jefe de carrera de Medicina de la Universidad Nacional Ecológica, indica que el alcohol inhibe a la conducta lo que conlleva a realizar acciones poco favorables para nuestro bienestar, específicamente en la salud a corto, mediano y largo plazo. Uno de ellos son las relaciones sexuales ocasionales, “lo grave es que lo hacen con personas desconocidas, hay un riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, como las venéreas, por estos encuentros sexuales”; pero también está el excesivo consumo de alcohol lo que conlleva a graves consecuencias para nuestro organismo.

Por su parte el experto en neurociencias, y vicerrector de la Une, Manuel Rojas, dice que el consumo de alcohol altera el balance funcional en el cerebro, daña el ADN de las células madre y aumenta el riesgo de cáncer en los jóvenes y adolescentes.

Agrega que lo más grave es que el exceso de consumo de bebidas alcohólicas que se vea sometida durante estos tres días de Carnaval, esa persona será propensa a tener algún tipo de cáncer. “El alcohol genera daño a los cromosomas y secuenciación de ADN de los genes que es causado por el acetaldehído, un químico perjudicial que se genera cuando el cuerpo procesa el alcohol.

La ciencia está descubriendo que el acetaldehído rompe y daña el ADN dentro de las células madre sanguíneas, alterando de manera permanente las secuencias de ADN en su interior. Cuando las células madre saludables se vuelven defectuosas pueden dar origen a células cancerosas.



Beber alcohol incrementa el riesgo de desarrollar siete tipos de cáncer, incluidas formas comunes como el de pecho y el de colon”, explica científicamente Rojas. Pero en la parte médica, retornamos a las indicaciones del Dr. Crisosto: “Hay familias enteras que carnavalean, lo que en muchos casos se dan que algunos de los hijos e hijas salen a festejar carnaval y con el consumo prolongado de alcohol, estos jóvenes regresan en condiciones muy lamentables, incluso con signos de haber consumido algún tipo de drogas, voluntariamente o de manera involuntaria.

Hay otra situación que es muy común hoy en día (aunque no debiera) el crear espacios o ambientes liberales de consumo de alcohol entre padres e hijos generando una distorsión de roles; en estos casos puede suceder que las familias aprendan a resguardar su integridad como otras que solo lo verán como algo normal o común porque es carnaval”. Crisosto indica que el cerebro y el hígado son dos órganos que en la medida que se van deteriorando, van causando serias deficiencias del funcionamiento normal, es decir el cerebro dañado va a limitar el potencial del desarrollo intelectual de una persona, incluso del comportamiento.

El hígado dañado por la toxicidad del alcohol va debilitando la función del hígado que finalmente extrae y es indispensable ya que no se puede vivir sin el hígado, un hígado deteriorado nos hace adquirir una serie de problemas. El hígado graso es muy común en gente joven hoy día, efectivamente el hígado va evolucionando hacia una cirrosis hepática que sería a largo plazo pero va alterándose en su composición en el tejido con infiltraciones grasas y finalmente todo esto lleva a una insuficiencia hepática.

Pero qué pasa con el cerebro, que según los especialista, es el otro órgano más afectado por el consumo de bebidas alcohólicas. Rojas, desde la neurociencia, explica que el consumo de alcohol altera las funciones cerebrales, desde las emociones (cambios drásticos de humor) hasta los procesos de pensamiento y de juicio. Agrega que altera la acción de los neurotransmisores: disminuye la alerta y el autocontrol, retarda los reflejos, produce cambios en la visión, pérdida de la coordinación muscular, alucinaciones, etc. Daña las células cerebrales de forma irreversible.

Produce, alteraciones en la memoria, en la concentración y en la conciencia de diversa duración (minutos, horas, e incluso, días). Causa trastornos de sueño. Aumenta el riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés. Impide el correcto desarrollo cerebral en los adolescentes y el daño es irreversible. Pero a ello, hay que agregarle la ingesta de comidas grasas, como los churrascos, que aumentará los problemas estomacales, alterando la mucosa del sistema digestivo, provocando varices esofágicas y además de provocar daños de insuficiencia hepática, generando elementos tóxicos para el cerebro por insuficiencia del hígado.

Son elementos tóxicos, elementos que el hígado no los puede metabolizar esto hace que se libere hacia la sangre y los riñones tampoco los puede eliminar esto hace que sean muy tóxicos y dañinos para el cerebro, no solo destruyendo neuronas sino que van afectando la función cerebral. “Comúnmente los riesgos están en los excesos, es por eso que se recomienda no exagerar en la ingesta de alcohol y comidas grasas, tomando en cuenta la fiesta prolongada del carnaval”, enfatizó el jefe de la carrera de la UNE, Jorge Crisosto.///


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