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El fabricante de autos Nissan anunció que suspenderá por al menos dos semanas la producción de vehículos para el mercado japonés, lo que tiene como fin rediseñar los procedimientos de inspección en sus autos nuevos.

La causa de esta reestructuración se produjo después de que la firma nipona admitiera que en sus fábricas trabajaban algunos técnicos que no tenían la certificación necesaria para evaluar los resultados de construcción.

Debido al problema, Nissan se vio obligada a revisar 1,2 millones de automóviles para pasajeros que vendieron en el país asiático durante los últimos tres años. Este conflicto ha deteriorado profundamente la imagen de la marca, y eso sumado al escándalo de falsificación que enfrentó la empresa japonesa Kobe Steel, ha generado serias dudas en la rigurosidad de los fabricantes del país asiático.

Los autos que atravesaron una inspección irregular se saltaron, principalmente, los procesos de revisión de los frenos, aceleración y dirección. El costo económico del problema sería equivalente a los 222 millones de dólares.

Nissan aseguró que el conflicto solo afecta a los vehículos dentro de Japón y que las unidades exportadas al resto del mundo no se han visto afectadas desde ningún punto de vista.