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El Gobierno de Mauricio Macri publicó este jueves en el Boletín Oficial un nuevo recorte en los subsidios del gas que existían en Argentina, cuyo objetivo era achicar los precios pagados por los consumidores gracias a descuentos solventados por el Estado. De esta forma, quienes reciben tarifas sociales —con descuentos— pagarán más caro el servicio en caso de superar el tope de consumo básico. 

En otras palabras, esto significa que el Estado seguirá manteniendo el 100% del precio bonificado, pero hasta cierta cantidad de gas utilizado. Vale mencionar que ese límite sería estipulado por cada empresa, aunque en el área metropolitana, es decir, la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, se estipula que quienes superen los 87 metros cúbicos mensuales, entre septiembre y octubre, pagarán la totalidad del servicio. 

Asimismo, se eliminan los topes de incrementos para usuarios residenciales, que antes se fijaba en un 300%. Por otro lado, se suspenden las bonificaciones que se otorgaban a los usuarios que lograban reducir su consumo. Esto significaba que aquellos que utilizaban un 20% menos de gas, comparado con el mismo período del 2015, recibían un descuento del 10% en el monto final. Con la reciente resolución, este beneficio dejará de existir.

De esta forma, la intención del Gobierno es preservar una importante cantidad de dinero público en las arcas estatales. En efecto, el anuncio oficial explica que "el sostenimiento del esquema de ahorro y límites de incremento en facturación implicaría una erogación de 2.350 millones de pesos (casi 60 millones de dólares) para el próximo ejercicio presupuestario del 2019".