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El nuevo Código Penal de Brunéi, que entra en vigor este miércoles, contempla la pena de muerte por lapidación tanto para homosexuales como para aquellos musulmanes que sean condenados por adulterio, sodomía o violación, así como la amputación de extremidades por robar.

El vigente texto legislativo también contempla latigazos para las mujeres que aborten y criminaliza a aquellos que insulten o difamen a Mahoma, así como a las personas que expongan a niños musulmanes a prácticas y/o creencias de otra religión que no sea el islam.

"La sharía, además de criminalizar y disuadir actos que van contra las enseñanzas del islam, busca educar, respetar y proteger los derechos legítimos de todas las personas, sociedades y nacionalidades de toda fe y raza", dijo el sultán y primer ministro del país asiático, Hassanl Bolkiah, en defensa de la reforma de la Ley bruneana.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, m pidió este lunes que Brunéi suspenda las aplicaciones de estas enmiendas de su Código Penal porque "supondrían un duro varapalo para la protección de los derechos humanos" de ese país, ya que discriminan tanto a la mujer como a las minorías de la nación asiática.

Por su parte, el subdirector para Asia de Human Rights Watch (HRW), Phil Robertson, tildó la reforma de Bolkiah, de 72 años, de "barbaridad" y "asalto a la dignidad humana" e insistió en que esta "impone castigos arcaicos para actos que no deberían ser ni siquiera delitos".