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Tras 14 años de una economía estable y soberana, Bolivia recurre nuevamente a créditos condicionados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y acepta cláusulas que el actual Gobierno de transición sabe que no podrá cumplir, reveló el candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora.

Hace unos días, el Gobierno conducido por Jeanine Áñez solicitó a esta entidad bancaria un préstamo de $us 327 millones, recursos destinados supuestamente a la fortalecer la lucha contra la pandemia del Coronavirus, enfermedad que a la fecha ya dejó un saldo de 31 muertos y 493 contagiados en todo el país.

De acuerdo al FMI, el crédito fue otorgado luego que las autoridades bolivianas se comprometieron “a alcanzar un déficit fiscal sostenible en el mediano plazo, mientras continúan manteniendo un fuerte apoyo al gasto social y a adoptar otras medidas macro y financieras, según sea necesario”.

“Ahí nos están sometiendo a ciertas cláusulas de déficit fiscal y otras metas que este Gobierno ya se ha comprometido con el Fondo Monetario, entonces vamos a tener rupturas y problemas con el cumplimiento de estas metas porque antes no teníamos, recordemos, ninguna atadura con el FMI”, indicó Arce, este sábado, en entrevista con Radio San Gabriel.

“La política económica que nosotros aplicábamos en Bolivia -prosiguió- era una política económica soberana, sin que nadie se meta en las decisiones de los bolivianos. Esto ya no es así, otra vez hemos regresado al pasado cuando los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional se inmiscuían”, resalto el economista.

Asimismo, lamentó que se estén tomando decisiones improvisadas en la lucha contra la enfermedad y sugirió al Gobierno transitorio asumir medidas más flexibles para evitar el desabastecimiento de alimentos en el mercado nacional y planificar medidas para la recuperación de la economía.

En este último punto, dijo que es importante continuar con las políticas de incentivo a la industria, a los sectores agropecuarios y la culminación de los proyectos de industrialización, tales como el Salar de Uyuni y el Mutún, mismos que actualmente se encuentran totalmente paralizados.