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El voraz incendio registrado el martes por la noche en la laguna Alalay causó un desastre ambiental en este ícono de la ciudad al quemar 40 hectáreas en nueve horas, destruir el área de anidación de las aves y comprometer la calidad del agua por las cenizas. 

Unas horas después de que la enorme hoguera arrasó totorales y pastizales se vio el gran daño dejado: nidos chamuscados, conejos, reptiles y otros quemados.  

El director de Medio Ambiente de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez, denunció que el martes por la noche ocurrieron tres incendios. 

El primero en la Rinconada, el segundo en el sur de la laguna y el tercero en el sudeste que ardió toda la madrugada. Este último fue el más estratégico, porque se inició en medio de la laguna, donde ni los vehículos podían entrar por el fango. 

Al recorrer el lugar quemado ayer se podían ver nidos y huevos calcinados. Las especies más afectadas son la garza nocturna, la garza bueyera, gaviotas y patos.

El incendio se reactivó ayer dos veces a las 9:00 y a las 18:00, lo que provocó un humo negro que podía observarse desde varios puntos de la ciudad. En tanto, persistía un olor a ceniza. 

El alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, anunció que se iniciará una investigación por el incendio “atroz” en la laguna Alalay y cuestionó a quienes están detrás de estos “atentados”.

“No entiendo, no sé qué es lo que quieren, porque eso no se encendió de por sí, ha sido provocado. Vamos a fortalecer la guardia ambiental para evitar este tipo de situaciones. Es, seguramente, gente mal entretenida que está afectando no sólo el medio ambiente, sino a la belleza de la ciudad”, fustigó el Alcalde.

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El activista y fundador de la plataforma Tunari Sin Fuego, Javier Bellott, lamentó la falta de medidas de prevención de las instituciones públicas.

“Debería haber una vigilancia permanente en estas zonas sensibles: laguna Alalay, parque Tunari y  el cerro San Pedro, porque hay material seco, que no fue retirado, que sirve de combustible”, dijo Bellott.

Servicios 

La laguna Alalay, pese a estar altamente contaminada por el ingreso de aguas residuales, presta varios servicios al ecosistema local. 

Se formó para desviar el agua del río Rocha que solía anegar la ciudad en época de lluvia. También sirve para controlar los rebalses de la represa de La Angostura.

Es el hogar de más de 60 especies de aves entre nativas y migratorias. También de peces como el platincho que desapareció en 2016.

Además, se constituye en un espacio natural en medio de una ciudad contaminada y es un ícono de Cochabamba por su paisaje singular y las aves que llegan y viven ahí.

Cochabamba soporta dos semanas seguidas de incendios forestales, la mayoría en el Parque Nacional Tunari. 

El más grave se registró el domingo y arraso 650 hectáreas, incluidas de bosques nativos de kewiñas. En tanto, que el pasado 17 de octubre la serranía de Combuyo ardió por tres días y afectó 173 hectáreas. 

NESC