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El jefe del MAS Evo Morales espera que la Asamblea Legislativa Plurinacional apruebe una ley para que gobernadores y alcaldes encaren el asfaltado de caminos con cemento rígido producido por las fábricas estatales.

Dijo que tiene algunas quejas sobre el proceso de construcción de la planta de cemento en Potosí administrada por el Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem). Morales no precisó el tipo de quejas que recibió.

Sin embargo, prefiere ver más allá e hizo votos para que la Asamblea Legislativa apruebe una ley para que alcaldes y gobernaciones, a la cabeza del gobierno nacional, hagan nuevos caminos pavimentados con cemento rígido y no con asfalto.

“Sí cuesta un poco más caro, pero también es seguro y dura más”, dijo en el programa dominical de la radio RKC desde el Chapare.

Explicó que la comercialización interna evitará la fuga de divisas, generará fuentes de empleo y movimiento económico en el marco de una política nacional de reactivar la economía.

Sostuvo que, una vez concluida la instalación de la fábrica de Potosí, habrá cemento para exportar como ya se hizo el 2019 con la producción de la planta de Oruro que vendía cemento al Paraguay.

El exmandatario ahora dedicado a la coordinación con los movimientos sociales y sindicatos afines, anunció que el tema será motivo de análisis interno previsto para este fin de año.

Morales hizo este comentario a tiempo de saludar los acuerdos firmados con el Perú para desarrollar el puerto de Ilo, comercio de gas, urea y planteó la idea de reeditar la Confederación Perú-Boliviana para proyectar la esperanza de las futuras generaciones.