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Partieron caminando el 25 de agosto desde Trinidad (Beni) hacia Santa Cruz y más de tres meses después los indígenas de las tierras bajas están listos para retornar a sus comunidades, aunque sin haber sido atendidos por el presidente Luis Arce ni otras autoridades del Ejecutivo nacional.

Fueron 37 días de marcha, dos meses de trabajo intenso en las instalaciones de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y la sensación agridulce de no ser atendidos por las autoridades nacionales.

La mañana de este martes han centrado su actividad con la aprobación de las leyes que ratifican la estructura del Parlamento Indígena para su funcionamiento.

Este miércoles, 1 de diciembre, ratificarán su estructura con una sesión virtual donde participará el grupo de cooperante que los apoya.

La marcha indígena centró sus demandas en el respeto a su autonomía ante los avasallamientos de sus tierras que han sufrido en los últimos años. También incluyen en sus pedidos la articulación de programas de desarrollo que beneficien a los indígenas de tierras bajas.

En reiteradas ocasiones, la marcha envió invitaciones a las autoridades de los cuatro poderes del Estado para exponerles sus demandas; sin embargo, ninguno de los poderes (ejecutivo, legislativo, judicial y electoral) atendió el pedido.

Con la aprobación de la estructura del Parlamento, los indígenas alistan el retorno a sus comunidades de origen. El jueves se trasladarán a la plaza 24 de Septiembre para asistir a una misa en la Catedral metropolitana. Se está analizando si la celebración religiosa puede trasladarse al altar del Cristo Redentor.

La agenda presentada por los marchistas considera un mensaje de agradecimiento y despedida a la población cruceña antes de retornar nuevamente al camino y desconcentrar la movilización.

El Deber