Carlos Mesa, el candidato de la inacción y la resignación en un momento de vacío institucional político
El aspirante a la Presidencia por Comunidad Ciudadana navega en aguas electorales marcadas por una fuerte fragmentación. Analistas consideran que en un momento en el que la incertidumbre ha aumentado en el país vertiginosamente
Fernando Chávez Virreira
Periodista
Carlos Mesa es el candidato en pijama. Su campaña política en estas elecciones, obligadas a muchas restricciones por las circunstancias de la pandemia, está estancada en una especie de encierro, limitada a mensajes diarios a través de las redes y con entrevistas virtuales con medios de comunicación. Muchos críticos observan que “el gran comunicador” del país no comunica de manera clara sus planes y objetivos.
Mientras que varios analistas consideran que la campaña de Mesa gira en torno a él y a su inteligencia, es el candidato por omisión, no por acción. Su apuesta es ser la menos mala de las opciones, no la mejor. Su apuesta es ser el candidato de la resignación ante la clase política tradicional. El “menos peligroso”.
La pasividad era la tónica de su campaña hasta que, recién el pasado jueves, se trasladó a Santa Cruz, donde se lo vio con barbijo y declaró a los medios que el próximo 18 de octubre “los bolivianos nos jugamos la democracia”.
“Su forma de hacer política, esa inacción, apuesta a generar la menor incertidumbre posible. En un momento en el que la incertidumbre ha aumentado en el país vertiginosamente, los candidatos que generen más certidumbre les irá mejor”, dice el analista y experto en marketing político Andrés Torrez.
“No tiene una gran ventaja porque todos están haciendo lo mismo; tendría una ventaja si lo que hace es diferente al resto. Su estrategia es simplemente la de no hacer ruido; o hacer el menor ruido posible y ser el candidato de la resignación; no el de la convicción, ni el de la pasión. Y para eso, no hacer nada es ejercer su campaña”, agrega.
Según el politólogo Diego Ayo, “Mesa filma en promedio (he calculado, dice) cinco minutos con 58 segundos por semana, esa es la campaña que hace Mesa. Todos aplauden y todos están de acuerdo porque además se está asumiendo el voto útil: un candidato con el 17% que se suma a lo que es el voto útil. Si nos fijamos en el voto leal de Mesa, el más cercano a su persona, como dice el Chino Gómez, es más o menos de un 15%, digamos 17, regalándole dos puntos. Eso quiere decir que hay un 83% de bolivianos que no votan por Mesa”.
Y ese voto útil, sostiene, “es como decir este candidato es muy malo, pero los otros son peores. Es una opción negativa, es el reconocimiento de que no se hizo nada para acercarnos como bolivianos”.
Vacío político
Según su visión, estamos en un momento de vacío institucional político clarísimo. “No hay una fuerza representativa hegemónica que tenga mínimamente un programa electoral al cual aferrarnos. Es Mesa que no se une con nadie; es el Gobierno que ha decidido no unirse con nadie, una actitud pedante y absurda; y es Morales que claramente no se une a nadie. Vivimos un momento de desunión, de fragmentación total”.
Durante un breve tiempo, Ayo fue vocero de Mesa. “En los pocos días que estuve con Mesa, era prohibido tuitear porque no había necesidad de hacer una campaña por redes. ‘Tenemos que ir a las calles’, decían. Facebook y Twitter eran casi marginales. Esta era la afirmación de los jefes de campaña; o estaban completamente errados y se han dado cuenta repentinamente que Twitter es útil, o simplemente nos hemos percatado de que el candidato no hace más, pero por lo menos se acerca al tuit, casi como de refilón”, dice.
Según comenta Ayo, que cita al estratega político Joseph Napolitan, nunca se debe hacer una campaña con tus amigos. “No cometas el error de tener un equipo de campaña con tus amigotes. No. Tienes que trabajar con gente de afuera, que te empuje, que te diga ‘Mesa, no puedes aparecer seis minutos por semana. Sal a las calles, haz 100 cosas más, movete’. No hay nada de eso porque nadie le dice. Estamos con un jefe supremo y una manga de gente que le dice sí, aún siendo muy inteligentes, porque esa ha sido la ideología del mesismo, la inteligencia”.
El analista Paul Coca, por su parte, sostiene que Mesa es el candidato que mejor ha sabido moverse y desempeñarse en las redes sociales. “Mesa tiene dos aspectos de ventaja: el primero es que es el ganador legítimo y el ganador moral de las elecciones del año pasado que fueron anuladas por fraude y dos, que en comparación con sus rivales, tiene buena aceptación y respaldo en occidente y tiene algo de apoyo en oriente, a diferencia de sus rivales que todavía no han logrado tomar presencia en el occidente de Bolivia”.
Sin embargo, complementa que si bien son importantes para una campaña , las redes sociales no lo son todo. “Mesa tiene que entender también que se puede llegar a la ciudadanía en la calle, en épocas de pandemia, con otros tipos de estrategia: brigadas de personas en el puerta a puerta, por ejemplo. Además de las redes, en Bolivia se necesita el contacto con la gente. Todavía no estamos a nivel de otros países donde las campañas son solo redes, acá se necesita el contacto ciudadano; la gente lo exige, lo pide, y ahí es donde Mesa tiene que repensar”.
Para Coca, el candidato de CC no puede confiarse en que el voto indeciso va a migrar a él. “Tienen que conquistar ese voto indeciso, o voto útil. Hay que mover ese voto indeciso. Eso es lo que tiene que hacer Mesa”.
Respetuosos de la restricción
Consultado sobre esta “inacción de Mesa”, Ricardo Paz, su jefe de campaña, asegura que en CC son respetuosos de las disposiciones de las autoridades sanitarias, que dicen que en la medida de lo posible hay que evitar salir de casa y tener contacto con la gente.
“En una campaña electoral con estas restricciones y con estas características los líderes tienen que dar el ejemplo, y Carlos Mesa está tratando de dar el ejemplo a la gente con nuestra campaña, que es la única que no hace concentraciones, no hace caravanas ni manifestaciones que impliquen que la gente ponga en riesgo su seguridad y su salud”, dice.
“Lo deseable siempre es tener un contacto directo, cara a cara y así lo hemos hecho en la campaña de 2019, pero lamentablemente estamos en condiciones muy especiales, inéditas. Nunca se ha hecho una campaña en pandemia y todos tenemos que adaptarnos a innovar. Hay algunos que pasan por alto las restricciones sanitarias. Como dice Lanata (periodista argentino), no importa si me muevo o no me muevo, lo que importa es lo que digo”, explica.
Según Andrés Torrez, el motivo de la elección es diferente hoy a lo que fue en octubre de 2019, cuando la consigna era ya no el MAS.
“Hoy la elección no se trata de eso, sino de cómo salir de la crisis, cómo nos salvamos. En ese escenario, ganará el que menos incertitumbre genere y el que menos la genera hoy es el que está durmiendo;, el que está despierto haciendo algo es el que aumenta la incertidumbre, porque no trae soluciones ni certezas, sino más dudas. Mesa, con su pijama, lo que hace es, por lo menos, no generar más incertidumbre. De lo que se trata la elección hoy es de salir de la crisis, de recuperar la certidumbre”.
Pero no todos entienden lo mismo, agrega. “Tuto sigue haciendo la misma campaña durante cuatro elecciones y no ha entendido el contexto; cree que haciendo lo mismo algún rato le va a salir. Camacho piensa que esta elección es igual a la de octubre de 2019 y tampoco le funciona. Y Jeanine también piensa que esto se trata, de ya no el MAS, cuando se trata en realidad de salir de la crisis”.
Falta de acuerdos
Según Diego Ayo, los recientes bloqueos en las calles y los muertos por falta de oxígeno, son una muestra de las fallas del sistema político para acercarse a hacer un acuerdo tripartito.
“Si tuviéramos un diálogo sólido y claro no hubiéramos desembocado en esa suerte de caos tan degradante. No es meramente anecdótico que una persona esté seis minutos en internet. Es realmente deplorable; parte de las muertes tienen asidero en estas conductas tan perniciosas; un sistema político perverso; unos entes rabiosamente endogámicos, no solo elitarios”, critica.
Según su posición, “si hubiéramos tenido élites preocupadas de hacer pactos, no creo que haya habido 31 muertos. No hubiera habido tiempo para eso. El país hubiese estado en pactos y acuerdos, discutiendo programas. Tenemos exactamente la cara inversa: el país rogando por un voto útil cuando debimos estar rogando por debatir programas, ideas. No han habido acercamientos en ningún sentido y apelamos a lo último que nos queda: ‘ya, le damos a este señor el voto útil”, asegura.
Agrega que Mesa tenía la posibilidad de hacer una campaña mucho más exitosa. “Se podían hacer pactos, mostrar una cara realmente democrática, preocupada por el país y no solo por tu candidatura. No ha habido nunca un acercamiento”.
Punto de vista
ANDRÉS GÓMEZ VELAPeriodista y abogado
“Alejado de la cotidianidad”
Carlos Mesa quiere ganar las elecciones sólo con su nombre. Intuyo que algún amigo o amigos suyos le hicieron creer que suficiente con haber sido Vicepresidente, luego Presidente y haber dado cátedra sobre historia y el mar a un periodista chileno para enfrentar una contienda electoral.
Carlos Mesa cree que sigue siendo el periodista influyente del siglo pasado y que la gente lo va a ver vía YouTube como en sus monólogos televisivo de los 90 cuando desgranaba discursos admonitorios en referencia a los poderosos de entonces. Aquella vez no había mucha oferta televisiva, en cambio hoy hay millones de alternativas en las redes sociales lo que obliga a ser más creativo. Mesa es inteligente y puede ser algo más creativo.
Leí el plan de gobierno de Comunidad Ciudadana. Pienso que es bastante sólido. Pero las elecciones no se ganan con programas de gobierno, sino con imágenes. Y la imagen no es lo que el candidato cree que es o sus amigos le dicen que es, sino cómo la gente percibe al político: agrada o no agrada. El elector común ve a Mesa como a un candidato muy alejado de la vida social y de la cotidianidad de la gente.
No entiendo, ¿por qué no aprovechó los ataques que recibía de sus adversarios como el luchador de judo que aprovecha la fuerza de su oponente para desequilibrarlo? Me da la impresión que confía demasiado en que los electores terminarán votando por él, en vista de que no hay otra alternativa, para evitar el retorno del MAS al gobierno.
Es el candidato que menos pasión despierta. Su nombre no genera ni pasión negativa ni pasión positiva. No es rechazado como Luis Arce, pero tampoco los electores lo defienden con toda el alma y se adhieren a él con argumentos. Quizá al final sea su fortaleza y gane la elección en segunda vuelta bajo la consigna: “cualquiera, menos el MAS”.
Sin embargo, si sigue confiando sólo en la voluntad ajena y en sus videos, Arce lo puede derrotar en primera vuelta.
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